Hacia un trabajo más humano: rediseñando la forma de trabajar

“El propósito de una colmena no es producir miel: la miel es producto de una colmena saludable.” - Seth Godin

Hace mucho, mucho tiempo, se levantó una muralla que dividió la forma en que definimos "productividad" y "bienestar". Esta barrera no solo determinó dos formas distintas de ver el trabajo, sino que creó dos subculturas que, hasta el día de hoy, frenan el avance de nuestras organizaciones. Porque, cuando las creencias están divididas, el progreso se vuelve inalcanzable.

Algunos dicen que todo comenzó en la Segunda Revolución Industrial, cuando Taylor escribió Principios de la Administración Científica (1911). Ahí se apuntaló una definición de productividad que maximiza la producción estudiando cada fase del trabajo industrial. El objetivo: suprimir toda improvisación en el trabajo. Esta nueva administración científica implicó la aparición de un nuevo puesto de trabajo, el supervisor, aquel que, cronómetro en mano, se aseguraba de que esta enorme máquina (con humanos dentro) funcionara de acuerdo con un plan preciso.

Al otro lado de la muralla, aparecieron hace algunos años los defensores y promotores de las habilidades blandas, aquellos que creen que cualquier problema se resuelve con inteligencia emocional y empatía. Una respuesta al taylorismo que trata de humanizar esta enorme maquinaria de trabajo industrializado.

En Comunal creemos que el problema no es de un bando u otro, sino de la muralla que los divide. Creemos que productividad y bienestar pueden, y necesitan, convivir. Creemos que el límite de la maximización de la productividad está en el bienestar del ser humano, y que el bienestar del ser humano es insostenible sin productividad.

Quien duerme bien tiene más posibilidades de dar lo mejor de sí al día siguiente, y un buen día de trabajo permite irse a dormir tranquilo. Son conceptos que se retroalimentan, sin murallas que los separen. Es por eso que humanizar el trabajo parte de entender cómo conectar la productividad y el bienestar. Nuestra principal apuesta es que tenemos que rediseñar el sistema operativo de trabajo, entender cómo nos energizamos, nos comunicamos, dónde lo hacemos, cómo integramos nuestra productividad con nuestra vida personal y cómo adoptamos las nuevas tecnologías para alcanzar ese objetivo que nos planteamos hace más de diez años: inspirar un trabajo más humano.

Esta investigación busca comprender el estado actual del sistema operativo, sus problemas y oportunidades. Nuestro objetivo es derribar algunas murallas y construir un nuevo lenguaje común para el futuro del trabajo.


🔗La Investigación completa aquí: https://lnkd.in/ePBaXdGy


Camilo Vega Willstatter

Director Regional para ALTAFONTE Network | Máster en Cooperación Internacional

1 mes
Sebastian Soltau

Veamos el trabajo legal con otros ojos | Operaciones Legales | Innovación Legal | Relaciones Laborales

1 mes

Ojo que, en buena parte, la regulación nos obliga a seguir aferrados al Windows 95 y Nokia 5110. Las normas laborales, que establecen mínimos de cumplimiento obligatorio y no han cambiado demasiado en décadas (por no decir desde su origen), están pensadas para proteger al trabajador bajo un modelo taylorista o fordista. La realidad hace raaato que ya superó las categorías clásicas de la regulación laboral (qué significa estar subordinado hoy, por ejemplo), pero ahí siguen las normas congeladas. Si no cumples, fuiste. Un ángulo que valdría la pena explorar.

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