NO HAY DE OTRA
NO HAY DE OTRA
Muchos son los mensajes que llegan por redes sociales pidiendo la intervención del gobierno para ayudar a las empresas. A su vez el Gobierno pide a los empresarios mantener el empleo con el ánimo de evitar una crisis socioeconómica después de terminada la cuarentena. El fin es el mismo, el problema es el lente con el cual se está mirando la misma realidad.
La banca ha realizado flexibilizaciones sobre los términos de los créditos que actualmente tiene colocados, tanto a personas naturales como a jurídicas. Esto si bien ayuda, nos es más que un paño de agua tibia ante el huracán económico que está a punto de golpear a Colombia.
El gobierno ha tomado medidas para reducir el impacto en la economía y está ofreciendo créditos para a las empresas, con el propósito que estas eviten despidos masivos o suspendan actividades de forma permanente destruyendo así el empleo de todos aquellos vinculados a la misma, sean empleos directos o indirectos. Esto es otro paño de agua tibia.
El gobierno en su miopía (o intencionalmente) no ha visto que la dura realidad es que el aparato productivo del país está siendo destruido ante la parálisis de la cotidianidad de las empresas. La muy necesitada cuarentena para preservar la vida de los colombianos también es un veneno letal para las PYMEs y los empleados independientes de todo el país. La verdad sea dicha, esto no apunta a que se va a suspender la cuarentena el 13 de abril, lo más posible es que debamos llegar a mayo o junio si es que queremos evitar un colapso del sistema de salud en Colombia. Colapso que tendría costos aún mayores que la economía nacional de llegar a darse.
La suspensión de operaciones de sectores no vitales para el sostenimiento de los ciudadanos tiene como resultado el rompimiento del tejido económico más sensible de la economía. Las PYMEs y los empleados independientes viven de la venta semanal, sus utilidades no son amplias y en muchas ocasiones el capital de trabajo requerido para operar es el mínimo requerido dada la baja capacidad de maniobra de estos para ejecutar sus actividades.
Es aquí donde la ayuda de los bancos y del gobierno es insuficiente. Prestar dinero para poder mitigar temporalmente el despido de los empleados no es más que abrir un hueco para tapar otro. ¿En qué cabeza empresarial cabe endeudar la empresa en el corto y mediano plazo para no despedir los empleados, cuando los márgenes son bajos, los canales de venta están detenidos, no tengo certeza de cuándo podremos volver a iniciar actividades, la cartera por cobrar se vuelve toda de dudoso recaudo y volver a empezar actividades durante los próximos 2 o 3 meses no se ve tan factible, peor aún, ¿estarán los consumidores aun ahí para comprar mi producto? La respuesta es solo en aquellos empresarios que tienen colchones de liquidez importantes y cuentan con un espíritu altruista, en ninguna otra versión es posible esta valentía.
Así como esta de jodida su empresa está la de su proveedor y la de su cliente. El ciudadano de a pie que esta también encerrado en su casa va a pensar diez veces en consumir productos no esenciales porque tiene miedo de quedarse sin empleo. Porque a estas alturas de la cuarentena, el colombiano promedio ya se ha gastado sus ahorros. El que no tenía ahorros ya ha consumido su cupo en las tarjetas de crédito y el que no tenía ni ahorros ni cupos de crédito está pasando necesidades. Es decir, adiós a Cartagena y chao par de zapatos nuevos.
Retomar actividades para una empresa es complejo, deben invertirse dineros en energía, vendedores, despachos y por supuesto en salarios. Toda esta inversión una vez realizada la venta, los clientes (otras empresas) piden plazos de pago de 30 hasta 120 días para pagar. Todo esto es una tarea titánica cuando se tienen recursos, ¿ahora cómo va a ser cuando no los hay?
Deuda es deuda y en algún momento usted debe pagarla, bien sea a los bancos, el gobierno o a su familia. ¿Previendo un terrible año 2020 en términos económicos, con que utilidades espera el gobierno que los empresarios paguen los créditos que va a desembolsar? Claro el mal no durará cien años, pero reponerse de este golpe económico si va a tardar un buen par y es allí donde el gobierno se equivoca en pedirle a los empresarios que se endeuden para poder sostener el empleo.
No es posible que la responsabilidad constitucional y social del gobierno sea trasladada a las empresas por medio de créditos “blandos”. La responsabilidad de sacar adelante la economía en los próximos años es de todos esto es cierto, pero más cierto es que si la medida va a ser prestar dinero, lo que vamos a tener es una agonía caída del aparato productivo y nivel de empleo a medida que las empresas empiecen a quebrar por efecto de la imposibilidad de pagar el capital y los intereses del gobierno y la banca en el mediano y corto plazo. En un mal escenario, se quebrarían los bancos y por más que muchos los detesten, son vitales para que esto que llamamos economía de mercado funcione. Muchos colombianos tienen casa, carro y han podido estudiar gracias a ellos. Que sean altos los intereses y que nos saquen la plata a punta de comisiones, es otro cuento.
En cuanto a mis estimados colegas que opinan que una tasa cambio devaluada favorece las exportaciones agrícolas y de petróleo y que esto a su vez va a permitir una recuperación rápida del país por esta vía, lamento informarles que no va a pasar. Si bien hemos devaluado bastante y estamos dentro del top 5 de los países más baratos frente al dólar, también es cierto que no hay producción para exportar. Primero vamos a tener que recomponer el aparato productivo antes que si quiera empezar a pensar en los mercados del exterior. Este virus le pegó a todo el mundo, todos estamos en las mismas condiciones de fractura económica, la única diferencia va a ser que tan rápido se recuperen unos de otros y la tasa de cambio definitivamente no va a ser la panacea que nos pase al frente de la fila.
En resumen, prestar dinero a las PYMEs y a las personas no es la fórmula para salvar la economía del país, es solo un acto político para buscar la paz mental del gobierno y evitar el pánico social que genera la incertidumbre de si al terminar la cuarentena tendré un empleo o no. No somos una potencia económica agrícola para exportar al mundo nuestros productos. Se necesita algo atípico para poder solventar la atípica situación que actualmente atraviesa la economía.
¿Entonces cuál es la solución? Aunque parece comunista, es necesario que el gobierno destine esos dineros que piensa prestar a capitalizar las empresas. Duro, pero es la única fórmula para que saliendo de este cese de actividades la economía se recupere no se pierdan tantos empleos como se podrían perder y en el mediano y largo plazo las empresas no fracasen por los pagos de los créditos que tomarían de la banca y del gobierno.
Si las empresas quiebran se llevan todo por delante, Bancos, Empleados, DIAN, Sistema de Salud, gobierno….
Estas capitalizaciones no serían un acto de amor del gobierno, deberían ir condicionados a sostener el empleo que existe hoy en día de las empresas productivas y debe ir destinado a las empresas que presenten ingresos y utilidades sostenibles. Es decir, no hay que “salvar muertos” (empresas que antes de la cuarentena ya estuvieran proyectadas a cerrar) y no se deben desperdiciar los recursos en sostener empresas cuyos costos y gastos son para disfrazar el nivel de vida de sus dueños. Todo esto se puede hacer por medio de crédito condonables, el que cumpla no paga y sostiene el empleo. Ningún empresario franco va a preferir saquear su empresa y despedir los empleados para robarse unos pesos. Ladrones de esos hay, pero ahí es donde se debe ser inquisidor al momento de pedir cuentas.
Aquí TODOS debemos poner si es que queremos llegar a recuperar el nivel económico que tenía el país antes de la pandemia, para algunos desastroso para otros bueno, pero ciertamente mejor de lo que vamos a tener en 60 días.
Esto es algo que reduciría el impacto en la economía de esta suspensión de actividades. Lamento decirlo, pero nada, nada de lo que se haga va a hacer que el país sea lo era antes de la cuarentena. Se requerirían cantidades enormes de dinero que el país no tiene para poder restablecer el nivel económico a los niveles de cierre de 2019, ordenamientos que simplemente ningún político estaría dispuesto a hacer y por encima de todo honestidad por parte de los participantes del proceso de recuperación, honestidad que por desgracia no abunda en mi país.
Si el gobierno insiste en hacer créditos, mejor que le invierta este dinero a la Superintendencia de Sociedades en la división de insolvencia que bastante trabajo va a tener.
¿Una pregunta suelta, que dicen las calificadoras de riesgo? ¿O de esto si no saben?
Abogado tributarista. Líder en prestación de servicios jurídicos digitales desde 2011. Asesoro personas en la gestión de su patrimonio y relaciones interpersonales.
4 añosTiene toda la razón. El Gobierno está manejando la crisis con fórmulas neoliberales que hoy, afortunadamente, han quedado desvirtuadas. Sólo un necio no entiende que sólo los va a salvar la fórmula de Keynes y la creatividad de los emprendedores, a quienes antes de la crisis NO les prestaban dinero (muchos menos ahora) Muchos países viviereon crisis peores, y las vieron como oportunidades. Recuerden que Japón, Alemania e Italia vieron sus aparatos productivos devastados por la II Guerra Mundial, y resurgieron gracias a la condonación de deudas y al apoyo de un Estado que tendió la mano, no que creó más problemas. ¿O creen que Japón hubiera sido potencia con puros préstamos "blandos"?