¿Hay vida para el 2020?

Este es el pronóstico firmado con el FMI en septiembre y elaborado bajo el supuesto de que se va a renovar el 100% de los vencimientos de deuda de corto plazo. Más allá de que se ese supuesto se cumpla, es imperativo un serio debate de la reestructuración de la deuda ya que el refinanciamiento de pasivos actual tiene una perspectiva muy oscura porque: en los mercados internacionales se prevé más subas de la tasa de interés en EE.UU. y el riesgo país no va a bajar dadas estas necesidades fiscales, en el mercado doméstico no hay el volumen que el estado requiere y los organismos ya comprometieron cuantiosas sumas a las arcas estatales. De darse el debate, firmarse el compromiso y que no quede sujeto a que continúe el oficialismo, el riesgo país bajaría bastante y las condiciones para captar deuda (necesaria porque la Argentina no ahorra) para invertir (hoy no se pueden comenzar los programas de participación público - privado por el costo financiero) y crecer estarían garantizadas de riesgos políticos. Esto es indispensable si consideramos que venimos de perder una década por el crecimiento nulo que tenemos desde la crisis del 2008, cosa que no ocurrió en el resto de América latina, siendo la región del mundo que menos creció desde ese entonces.