He venido a hablar de mi libro

Como en casi todos los ámbitos, la transformación digital es un proceso inevitable en el mundo editorial, y aunque la mayoría de agentes del sector la considera una oportunidad para crecer y diferenciarse en el mercado, también despierta mucha confusión y frustración. La digitalización supone no solo adoptar nuevas tecnologías, también un cambio organizacional, y eso implica un camino más complejo y lento de lo que muchos pensaban.

Uno de los aspectos clave de la revolución digital, es un cambio de enfoque del producto en sí hacia los consumidores y sus necesidades. Conocer mejor a tus clientes es la principal razón que esgrimo para abrazar la transformación digital, seguida por la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos sin contar con intermediarios. No hace demasiado, las editoriales eran consideradas como las guardianas del conocimiento, pero la era digital ha hecho emerger otras fuentes de información y también otros canales de publicación y distribución. Por ello, las editoriales están buscando nuevas vías para diferenciarse.

Los editores, que "han ido a remolque" en este proceso de transformación, olvidan que lo importante es el contenido y su calidad. Y lo que ha pasado en poco tiempo, es que la sociedad ha asumido de una manera natural la transformación digital, no tiene tantos impedimentos para leer obras de calidad en pantalla más allá del entretenimiento o para aceptar que los nuevos canales de distribución son ágiles y económicos.

Es cierto que en los últimos años, ha habido un cambio de actitud. Así como antes no había una oferta de contenidos en formato digital disponible, o el tema de autoedición que antes lo ignorábamos totalmente, en los últimos años hemos visto cómo muchas editoriales hasta tienen robots que buscan tendencias. Husmean a ver qué está pasando en estas plataformas de autoedición, cuál es el libro que todo el mundo se descarga y lee.

Se puede decir que se han puesto las pilas a este respecto y ahora, los medios digitales lo utilizan de caladero de posibles autores revelación o, también para detectar qué géneros tienen una mayor demanda dentro de los diferentes colectivos de lectores. Aun así queda mucho camino por recorrer, y es porque los editores tienen un pesado legado de mucho tiempo con un modelo de edición.

La autoedición es la oportunidad para un autor de decidir cómo quiere gestionar y controlar su obra. En un momento dado yo puedo autoeditarme, pero luego, no es solo escribir una historia, luego hay que corregirla, distribuirla, moverla en redes sociales, conversar con la audiencia, y la suma de todo eso es muy compleja, en tiempos y en habilidades. Y lo que se está viendo mucho ahora en países que están muy avanzados en autoedición es que empieza a haber una redefinición de la relación entre el autor y el editor. Anteriormente el autor escribía un manuscrito que enviaba a la editorial, y ya se olvidaba, la editorial asumía todo. Ahora es una relación más entre pares, y esto va a conllevar que el editor va a tener que ser más generoso en la contraprestación, y en vez de otorgar un 10% del precio de venta al público, lo va a tener que incrementar, porque el autor asume funcionalidades como mantener la comunicación directa con sus lectores a través de un blog, del twitter y de Facebook, o hacer divulgación del libro.

Ahora en esa nueva era digital, se está viendo cómo las plataformas de distribución, como es el caso de Amazon, se están convirtiendo en las grandes puertas de entrada a que te descubran, porque ya, en esta nueva era no es tanto que te publiquen o te autopubliques, el verdadero reto es que te descubran y que te lean.

Antonio Martínez Llaguno