HERMANO, EL ÉXITO ES EL CAMINO...

Como usuario de LinkedIn, leo posts interesantes. Muchos se hacen eco de historias emotivas, algunas incluso impactantes, para hacernos reflexionar. Y por alguna razón, hay ciertas historias con las que uno conecta de manera especial.

Una de esas historias es la de los hermanos Brownlee. Me refiero al final del triatlón de Cozumel (México) que estos hermanos protagonizaron cuando ambos se estaban jugando el Campeonato Mundial de 2016. No cabe duda de que la imagen de ambos llegando a la meta es tremendamente emotiva, y muy inspiradora.

Los hermanos Brownlee, Jonathan y Alistair, son dos triatletas británicos, medallistas olímpicos en 2012 y 2016. Como atletas, está claro que su carrera es una historia de éxito. Se plantearon como objetivo ser los mejores en su disciplina, lograr títulos mundiales y medallas olímpicas. Y lo consiguieron.

Pero me gustaría poner el foco en el lado humano de su historia, porque el objetivo, en este caso lograr las medallas, es algo importante, pero el camino que recorres para alcanzar ese objetivo lo es todo.

La carrera que te lleva a una medalla dura apenas unas horas, pero el camino que tienes que recorrer para llegar allí dura años. Es más, el camino es la vida. No hay nada más embriagador que el éxito, así que lo fácil es disfrutar del momento de gloria que supone el triunfo en una carrera. Sin embargo, lo que realmente tiene valor es disfrutar del camino: los madrugones, los duros entrenamientos, el esfuerzo, el sudor, el frío, el barro, las lesiones, las decepciones, la cerveza (sin alcohol) después del entrenamiento, las risas, las palmadas en la espalda, los abrazos de consuelo... disfrutar todo eso es el verdadero éxito.

Ahora sé por qué esta emotiva historia me llegó especialmente. Es porque la historia de los Brownlee es mi propia historia con Andrés, mi hermano gemelo.

Ambos somos co-fundadores y socios en AVANZZA. No es nuestra primera aventura como emprendedores, pero sí es nuestro primer éxito... no hemos ganado ninguna medalla olímpica, pero estamos orgullosos de lo que estamos consiguiendo a nivel profesional. Con nuestro esfuerzo, estamos consiguiendo dar una vida sin lujos pero cómoda a nuestras familias, y contribuimos a que muchas otras personas puedan sentirse realizados como profesionales y tengan una vida digna gracias a su trabajo. Nos sentimos respetados y queridos por nuestro equipo y por muchos de nuestros clientes, y estamos orgullosos de cada una de las personas que forman parte de ese equipo y de las personas que confían en nosotros. Si eso no es tener éxito, se le parece mucho. Yo no aspiraba a nada más cuando decidí ser emprendedor.

Ahora, con casi 50 años, miro atrás y veo con orgullo todo el esfuerzo, todas las horas de trabajo, tantas conversaciones e ideas compartidas, momentos ilusionantes y decepcionantes, alguna que otra discusión, muchas preocupaciones, muchísimos fracasos, sinsabores y tropiezos, algunas alegrías y muchos logros también... en definitiva todo un camino durante 20 años luchando, sufriendo y disfrutando JUNTOS. Es lo que más orgulloso me hace sentir. Cada vez que uno de nosotros se sentía como Jonathan, cansado, hundido y casi desfallecido, llegaba el otro en modo Alistair para darle un empujón hasta la meta.

Hermano, el éxito no es todo lo que hemos conseguido, ni lo que espero que aún nos quede por conseguir... el verdadero éxito es poder recorrer el camino contigo.

Tienes toda mi admiración, todo mi reconocimiento y toda mi gratitud. Sin ti, nada de esto sería lo mismo. Sigamos disfrutando juntos del camino, a donde quiera que nos lleve. 

PD: no puedo acabar sin hacer un pequeño tributo a nuestra madre, que a buen seguro se emocionará al leer esto, y a nuestro padre, que nos estará viendo lleno de orgullo desde arriba. Gracias por educarnos en el amor y en el respeto... y gracias por separarnos antes de que nos matásemos de pequeños... ya entonces nos decíais: "pero por qué os peleáis... si no podéis estar el uno sin el otro!!"