Holograma
El holograma es una superficie en dos dimensiones que tiene la capacidad de mostrar imágenes detalladas de objetos reales en tres dimensiones.
La palabra holograma es un neologismo que se compone del griego holos, que indica ‘todo’, y grama, que se refiere a ‘mensaje’.
Los hologramas tienen la propiedad de contener la imagen del objeto en su totalidad a pesar de ser dividida en partes más pequeñas. Es una técnica fotográfica que graba la intersección de diferentes ángulos de los reflejos de las luces sobre un objeto para presentar una imagen en tres dimensiones.
La invención del holograma es obra del físico húngaro Denis Gabor (1900-1979) en 1948. Gabor recibe el Premio Nobel en 1971 gracias a la invención del rayo láser en 1960, ya que la creación del holograma solo es posible con esta tecnología.
En la década de los setenta, Bohm ofreció una metáfora incluso más clara para describir la forma en que uno podría concebir el universo como un todo distribuido pero indivisible.
Reflexionando en la conexión de la naturaleza en la creación, se convenció aun más de que el universo trabaja como un gran holograma cósmico.
En un holograma, cada porción de un objeto dado contiene ese objeto en su totalidad, solamente que en una escala menor.
Desde la perspectiva de Bohm, lo que vemos como nuestro mundo es, en realidad, la proyección de algo aún más real que está ocurriendo en un nivel más profundo de la creación.
El nivel más profundo es el original: el implicado. En esta visión de "como es arriba, es abajo” y "como es adentro, es por fuera,” los patrones están contenidos en el interior de los patrones, completos de por sí y distintos solamente en escala.
La elegante simplicidad del cuerpo humano nos ofrece un hermoso ejemplo de un holograma, uno que ya nos es familiar. El ADN de cualquier parte de nuestros cuerpos contiene nuestro código genético (el patrón completo de ADN) para el resto del cuerpo, sin importar de dónde viene. Ya sea que tomemos una muestra de nuestro cabello, una uña o nuestra sangre, el patrón genético que nos hace ser lo que somos, está siempre ahí en el código... siempre es el mismo.
Al igual que el universo está constantemente cambiando de lo implicado a lo explicado, el flujo de lo invisible a lo visible es lo que constituye la corriente dinámica de la creación.
Cuando algo es holográfico, existe en su totalidad en cada fragmento de sí mismo, sin importar en cuantas piezas se divida.
No importa la cantidad de trozos en que se divida el universo, hasta una galaxia, un ser humano o un átomo, cada segmento refleja al universo entero, sólo que en una escala menor.
En un "objeto" holográfico, cualquier pieza del objeto refleja el todo.
Cada lugar de un holograma es un reflejo de otro. Y una propiedad que existe en cualquier lugar de su interior, también existe en el resto. Entonces, en el holograma no local de nuestro universo, la energía subyacente que enlaza todas las cosas, las conecta a la vez instantáneamente.