Home Office, en tiempos de Covid-19
Derivado de la orden emanada del ejecutivo de suspender todas las labores privadas y públicas, con algunas excepciones por supuesto, (esencialmente, los servicios básicos, para la subsistencia de la población), la mayor parte de ciudadanos deben quedarse en casa durante 15 días, con la incertidumbre de que pueda suceder días después.
En medio de eso, algunas organizaciones, con el objeto de proteger el principio de negocio en marchar y de continuidad del negocio, especialmente por compromisos adquiridos, incluyendo, con su mismo personal, al que deberán cancelarle su salario en las próximas semanas, decidieron normar lo relativo a “home office”.
Entre las disposiciones, naturalmente, lo primero era velar por que los trabajadores tuvieran presente que se quedan en casa trabajando y no de descanso. Es por ello, por lo que se recomendó cumplir horarios y tareas asignadas, entre otros aspectos.
Sin embargo, en dichas normas se les quedo en el tintero, según yo, el lado humano. Se paso por alto que muchas personas no tienen un lugar adecuado para trabajar, conexión de internet, iluminación, además que, algunos de ellos tendrán a sus hijos en el hogar junto a ellos, por todo el día. Y aunque, los niños, podrán estar ocupados por unas horas por las tareas asignadas del colegio, estarán demandando atención en el resto del día.
Por otro lado, la misma situación de emergencia, genera un estrés no habitual, motivado por la situación de emergencia, las redes sociales; y por otro lado, la demanda de atención de familiares cercanos como por ejemplo, los padres, que por cierto, son los más propenso a ser afectados.
Es decir, en una situación de prevención como la actual, no se puede hacer una disposición, que quiera regular las actividades labórales de una manera “normal”, como hasta ahora estamos acostumbrados.
Lo recomendable seria que las empresas se preparen para una crisis y establezcan los protocolos correspondientes, que incluyan todos los escenarios posibles. Es decir, no ser reactivos, si no siendo preventivos. La elaboración de un plan de Contingencia y Continuidad de negocios se hace sobre manera indispensable. Cabe hacer mencionar que por años siempre que se habla de un plan de contingencia y continuidad de negocios se enfoca mas que todo en TI, sin embargo, como ahora, queda probado que se refiere a incluir todos los aspectos del negocio.
Precisamente un plan de continuidad y así como un análisis de riesgos debe ser enfocado a ver todas aquellas situaciones que nos pueden afectar en la vida; lo peor que podemos hacer es pensar que nunca nada ocurrirá, es por ello que recomendaría que en la estructura de Gobierno de las empresas, se cree un comité de Contingencia y Continuidad de negocios que sea el responsable de analizar este tema y como puede afectar a la empresa que se trate.
Seguramente, así, la contribución será mayor de acuerdo con las circunstancias. Y sobre todo, se cuidará lo relacionado a Responsabilidad Familiar Corporativa y al principio de balance trabajo, empresa, familia.