Homenaje a nuestro Brunelleschi en Opera Severitas
Hace 600 años que empezó el milagro. Filippo Brunelleschi inició el 7 de agosto de 1420 los trabajos para alzar el domo de la catedral de Florencia, cuya construcción marcó el inicio de la modernidad. Había ganado en 1418 el concurso convocado por la Opera del Duomo, la institución -existente aun hoy día- que velaba por la construcción de la catedral.
16 años de construcción, a 55 metros del suelo, se alza hasta los 91 (hasta los 116, con la linterna). No funcionaban los nervios típicos del las catedrales góticas, y Brunelleschi se inspiró en el mundo clásico-romano para concebir una cúpula de doble piel, entre otras muchas innovaciones.
Yo miro hoy en día a Opera Severitas, empresa dinámica e innovadora de construcción, cuyo nombre -el cual me recuerda a la Opera del Duomo- significa "trabajo bien hecho". Entrevistándome con su director general, le pregunté: ¿Cuál es el valor añadido de esta empresa? Me dejó muchas ideas muy claras, pero hubo un nombre que resonó en mi mente: Carlos Pomares.
Sirva este post para homenajear la figura de Carlos Pomares: por sus conocimientos ilimitados, por su capacidad de sistematizarlos y compartirlos con todo el equipo, por su humildad y cercanía en el trato. Por su disponibilidad a costa de muchos sacrificios personales, y por su fe ciega en un modelo totalmente modernizado de gestión por valores.
Carlos Pomares, pese a tu humildad, eres para nosotros, y los proyectos de Opera Severitas y Oslätt así lo avalan, nuestro Brunelleschi del siglo XXI, y es un privilegio trabajar contigo.