Homenaje a Pablo de Rokha a 50 años de su muerte
El pasado 13 de Diciembre 2018 tuve el honor de participar en el homenaje a 50 años de la muerte de mi bisabuelo el poeta Pablo de Rokha (Premio Nacional de Literatura 1965), que se realizó en la Biblioteca Nacional de Chile. Es considerado uno de los cuatro grandes poetas chilenos junto a Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Vicente Huidobro. Leí uno de mis poemas, el cual le dediqué a él. De alguna manera mi objetivo era expresarle que la poesía sigue en las venas de la familia. Quisiera agradecer a la Fundación de Rokha, de la que soy miembro, y en particular a mi tía Patricia Tagle de Rokha (Directora Ejecutiva de la fundación) por esta bella oportunidad.
Dejo aquí el poema que recité.
El fruto del aire
¿Por dónde llega la sutil tempestad encuadernada de mi conciencia
cuando en la mañana las flores abundan los olores del viento
atrapadas siempre en las ramas secas del invierno
bañadas del funeral temperamental de la tormenta
como lágrimas de coral prístino?
Plasmo lo que me dice el aire, esa serpiente redonda y fantasmal
que baja cortando el valle, corriendo
silbando armónicas de arcoíris tras la lluvia uniforme, tras la cortina, la neblina multicolor.
Él habla por sí solo cuando flota rozando a las personas, tiene voz y presencia
cuando las cruza de lado a lado por las avenidas de la muchedumbre
invisible del todo, como una sensación vital de memoria presente, pasada y futura
¡Pero cuidado!
El remolino tras mis pasos de corriente de hierro se llevará a las hormigas inconsciente,
lanzará a las diminutas oyentes, a las madres atentas trabajadoras inabarcables
¡No soples tan fuerte! ¡Gobiérnate!
¡No destruyas lo construido bajo la veta, lo invisible bajo mi pisada,
bajo el camino profundo de carbón vegetal, mi viaje a la experiencia subordinada
al azar sombrío de las vivas ascuas!
Cuando la muerte acecha y la transición se acerca,
y la idea se seca, se agota y agrieta a través de mis venas y el lápiz guía de mi alma,
la inspiración clava sus uñas, se aferra, lucha cruenta sostenida en el tornado devorador;
pero nadie dijo nada cuando al desgajar el amasijo de átomos en mi cabeza,
la piedra granítica de mi antigua tierra genealógica, de mi conciencia,
mi sepultura comenzó a brotar llorando y bramando a la musa,
corriendo como una lágrima tremenda sobre la porosidad arcaica de las islas solemnes
Es entonces cuando:
se me cruza en el pecho de ganso voluptuoso, la monarquía y mi reinado
de albo relámpago, fulgor tropical y salvaje como la herradura de mi caballo
de lanza negro zafiro,
cuando entierro el cetro en un sismo y sobrevivo al enemigo de mi acontecer deshidratado,
hago un llamado y aclaro que jamás caeré, jamás cederé mientras el viento
sople, recorra el mundo y avive mi trono de libertador de las letras contenedoras
del origen o lo divino y su respuesta de clan y destino
Profesional del área comercial y servicios
4 añosEstimado Luciano, gusto de saludarte, espero estés bien. Te escribo porque estoy vendiendo un cuadro de Alberto Jerez y necesito contactar a alguien que me puede ayudar. Quizás tú me puedes orientar? Gracias de antemano. Saludos cordiales María Luisa Jaeger