IN HOUSE LAWYER´S PROFILE
Cuando hablamos del ejercicio de la profesión de abogado desde el perfil corporativo, nos referimos a quienes trabajamos en forma interna en empresas como “IN HOUSE LAWYERS” pero, cual es realmente el perfil profesional al ejercer nuestra profesión empleados por una organización.
Como agregamos valor ¿? Cuáles deberían ser nuestras mayores habilidades ¿? Como debemos posicionarnos ¿? Cuál es el rol principal ¿? Y qué tipo de servicio debemos prestar ¿?
Quienes nos desarrollamos corporativamente sabemos que son muchos los desafíos que tenemos que afrontar en forma simultánea, con multiplicidad de asuntos y diversidad de funciones.
Indudablemente el profundo conocimiento - integral y global - del negocio y del mercado en donde la empresa se desarrolla es uno de los pilares base a partir de la cual poder asesorar a los diferentes recursos de la organización, como así también es imprescindible comprender la cultura, la personalidad, el perfil y la forma de hacer negocios de su management.
Ahora bien no basta con solo conocer el negocio y el perfil corporativo sino que el verdadero desafío es formar parte del proceso “productivo”, es decir que toda la organización sienta que su equipo legal está involucrado y focalizado en “el negocio”, en sus necesidades, pero fundamentalmente direccionados en el cumplimiento de los objetivos – estratégicos y operativos – definidos.
Para ello como departamento de servicios que somos, es necesario generar un clima de confianza, de cercanía y entendimiento, en donde los integrantes de la empresa sientan que siempre es preferible acceder al asesoramiento legal previo como parte de un proceso natural en la toma de decisiones empresariales. Sabemos que estas condiciones solo se lograrán si se trabaja, a lo largo del tiempo, en forma constante, con una cultura de servicio al cliente dotada con liderazgo y compromiso procurando forjar relaciones de trabajo continuas y de confianza y no solo a través de contactos eventuales esporádicos y aislados.
Ya hace tiempo que los sectores legales dejaron de ser vistos como el último recurso, que solo ponían obstáculos, donde se contactaba a “los abogados” solo para apagar incendios o para que actúen post-mortem, en la actualidad la velocidad de los negocios y la modernización de las organizaciones entendieron la importancia de la proactividad y prevención jurídica en donde Legales se posiciona como un verdadero facilitador de negocios.
A partir de este cambio y de este proceso de adaptación es que surgieron nuevas formas de gerenciar las contingencias por parte de las empresas en donde se complejizó y modernizó el rol de los abogados de empresa, debiendo desarrollarse una serie de habilidades gerenciales, empáticas, comunicativas y de gestión más allá de las cuestiones meramente técnicas profesionales.
En este sentido el servicio jurídico - frente a un sofisticado, complejo e intrincado ambiente legal y la velocidad de los negocios – debe centrarse, entre otros en:
- Generar movimientos rápidos y de alto impacto, posicionándose un paso delante de la competencia.
- Anticipar y mitigar potenciales contingencias antes que se tornen críticas y en caso en que los conflictos surjan hay que estar lo mejor posicionado para reducir las contingencias en forma rápida y efectiva.
- Transmitir los deberes y obligaciones legales desde una perspectiva práctica. El desafío esta siempre en identificar, mensurar, administrar y reducir contingencias, procurando - en conjunto - áreas de mejora, detectando oportunidades con soluciones creativas.
Es decir que todo y cualquier análisis legal debe siempre tener un abordaje múltiple en donde el mismo esté focalizado en el negocio, evitando correr riesgos innecesarios, productos de desconocimientos o errores propios, evaluando aquellos riesgos que no se pueden evitar pero adoptando medidas de protección adecuadas de modo de reducir y cuantificar sus eventuales contingencias. Recordemos que el peligro de las organizaciones no está en asumir riesgos sino en no tenerlos identificados y mensurados.
Los tiempos que vivimos requieren que los equipos Legales se posicionen con una actitud directiva más que reactiva y fundamentalmente con proactividad en el desarrollo de los negocios, participando desde las fases embrionarias y de gestación de cualquier desarrollo comercial. El error esta en administrar la crisis sin prever anticipadamente las consecuencias futuras.
En definitiva lo que marca la diferencia cuando se desarrolla un sistema de real gerenciamiento de la contingencia jurídica es la cercanía y disponibilidad de Legales como área de servicio, centrada en la satisfacción de sus clientes a través de un servicio de calidad, rapidez, compromiso y dedicación, pero manteniendo al mismo tiempo la suficiente independencia de criterio como representantes de los intereses corporativos integrales definidos.
De esta forma el sentido de urgencia, la confianza, la coherencia, la credibilidad, la integridad, la empatía y el diseño de alternativas jurídicas serán determinantes en las relaciones con los stakesholders de la organización.
Quienes tenemos que liderar la gestión jurídica de la organización más allá de las cuestiones técnicas jurídicas sabemos que son muchos los desafíos que debemos enfrentar en el día a día en donde existen muchas veces disociaciones entre la velocidad de los negocios y el sistema judicial y legislativo reinante, por tales motivos una buena gestión y gerenciamiento de los asuntos legales junto con el desarrollo de las habilidades gerenciales modernas salva negocios, tiempo y recursos.