Hoy no tengo ganas

Y la verdad es que fue ayer, pero hablo de hoy porque puede ser cualquier día. Se llama procrastinación y puede pasarnos cualquier día.

Sé que algunos/as podrán confundirlo con flojera o falta de orden, pero no siempre tiene que ver con eso. Muchas veces la procrastinación está relacionada más a aspectos emocionales, cognitivos y psicológicos que a la falta de voluntad para realizar nuestras tareas.

“La procrastinación es un problema de regulación de emociones, no un problema de gestión de tiempo”.

Si bien siempre hay un factor de ánimo relacionado, esto también tiene que ver con la ansiedad y nuestra propia autoestima. Es más profundo que juzgar a alguien por no llegar con algo.

Y si no me equivoco, me ha pasado a mí, a ti y me atrevería a decir que a casi todos en más de una ocasión. En mi caso, puedo dar fe de que no se siente nada de bien. Ayer me pasó que no podía avanzar con mis tareas por más que me enfocaba, y claro, estaba con otras cosas en mi cabeza que de una u otra forma afectaban mi concentración y desempeño.

Por suerte cuento con las herramientas y entendimiento para salir de ahí y hoy poder escribirte de esto. Pero también he conocido gente que le cuesta muchísimo salir de ahí y sobre todo sintiéndose juzgado por el resto.

Por lo mismo, y si te hace sentido lo que te estoy contando, te dejo 5 consejos para trabajar la procrastinación:

Prueba la Técnica Pomodoro: Es como hacer mini maratones de estudio o trabajo. Pones un temporizador por 25 minutos y te pones las pilas con lo que tengas que hacer. Cuando suena la alarma, te tomas un break de 5 minutos. Estira las piernas, toma agua, lo que sea, pero que sea cortito. Esto ayuda un montón a no quemarte y a mantenerte enfocado.

Divide y Vencerás: Si tienes una tarea gigante que te asusta solo de pensarla, córtala en pedacitos más manejables. En lugar de pensar en toda la torta, piensa en cómo comerte un pedacito a la vez. Cada vez que termines un mini objetivo, te vas a sentir con más ganas de seguir.

Chao Distracciones: Básicamente, pon tu teléfono en modo avión o en otra habitación cuando tengas que concentrarte. Si lo tuyo es desviarte con redes sociales o páginas web, hay apps que te ayudan a bloquearlas por un rato. Haz de tu espacio de trabajo un santuario de concentración.

Organízate: Cada mañana, o la noche antes, hazte una lista de lo que tienes que hacer en el día. Ponle prioridades a esas tareas. Intenta empezar por la más pesada o aburrida; una vez que la sacas del camino, todo lo demás parece más fácil.

Conócete y Ajusta: Tómate un momento para pensar por qué procrastinas. ¿Es miedo a querer que todo sea perfecto, o simplemente no te nace hacer lo que tienes que hacer? Comprender tus propios porqués te puede ayudar a encontrar soluciones que te funcionen. Y recuerda, cada quien es un mundo; lo que le funciona a otro, a ti te puede no servir, así que ve probando hasta que encuentres tu ritmo.

Recuerda que todos tenemos nuestros días y sentir que fallamos en uno no significa que tenga que ser así al día siguiente.

Te mando un abrazo y que tengas una jornada productiva ;)

Matías Ibaceta

Co fundador @Mindy.cl