Ideas para cambiar el rumbo de la universidad | Parte II

7. La universidad de investigación integral interdisciplinar. El volumen de la investigación en las ciencias médicas, biomédicas y naturales ha aumentado exponencialmente en todo el mundo, a menudo en detrimento de las humanidades y de las ciencias sociales.

La presión de producir como «fábrica de conocimiento» cambió la universidad más allá de todo reconocimiento desde finales de los años 1980 en adelante. Durante siglos, la universidad tuvo un deber ampliamente reconocido de difundir el conocimiento. Durante cientos de años, los académicos publicaban solo para intercambiar conocimiento y establecer su reputación; la publicación no era un fenómeno comercial. Hoy lo es. El crecimiento del número de publicaciones fue y sigue siendo explosivo, pero la universidad solo se vio realmente atrapada en sus garras cuando la producción de publicaciones se empezó a medir sistemáticamente. A partir de ese momento, se desarrolló una espiral de presión para publicar y un aumento en los costos para acceder a las publicaciones.

Ciertamente, la misión de la universidad es producir conocimiento, y este, sin duda, se origina dentro de contextos interdisciplinares al servicio de los problemas de la sociedad (pertinencia – impacto). Y esto es importante, en relación con la investigación universitaria.

En ese sentido, la producción de investigaciones científicas, medida en función del número de publicaciones, ha alcanzado niveles sin precedentes.  Pero son, generalmente, investigaciones que se citan muy poco. Parece que el índice global de citaciones de las publicaciones científicas ha mostrado una tendencia a la baja en 2023. Según el Journal Citation Reports (JCR) publicado por Clarivate Analytics, muchos índices de impacto de revistas han disminuido ligeramente en comparación con los años anteriores. Sin embargo, la importancia financiera de la publicación como medio para hacer visibles a los investigadores y las instituciones se ha vuelto tan grande que no es fácil para la universidad revertir esta espiral.

Las universidades se han convertido en prisioneras de los rankings que las comparan entre sí y se resisten a abandonarlos unilateralmente por miedo a las consecuencias.

La investigación se valora mucho más que la docencia. La evaluación cualitativa por parte de los pares ya no es la medida de las cosas, sino que, en cambio, el número de publicaciones se convirtió gradualmente en la norma clave para la calidad y el buen desempeño. Es fácil —y no del todo incorrecto— ver esta tendencia a medir la calidad midiendo la producción como parte de un movimiento más amplio que surgió en la década de 1980. Pero se invierten ingentes sumas de dinero en una investigación inane, que no le cambia la vida a nadie y, por consiguiente, tiene poco impacto social y tampoco sirve para enseñar.

Las universidades se han vuelto más dependientes de las grandes editoriales y de las revistas más importantes. Cuánto se publica y dónde se publica se ha vuelto tan necesario que la universidad, en cierta medida, ha vendido su alma al diablo: en cualquier caso, no publicar lo suficiente en las revistas más trascendentes hace que una universidad caiga en los rankings, lo que la hace menos atractiva para los estudiantes y, por lo tanto, ¡cuesta dinero!

Es necesario, entonces, revisar la práctica de la investigación universitaria en nuestro medio, distante de algunas buenas prácticas en otras latitudes. Aquí contratamos profesores de alto nivel para investigar, les proveemos todo lo necesario para que lo hagan. Pagamos por los insumos de esa investigación y por los asociados que se requieren, pagamos por la investigación y por los productos de la investigación, por la publicación de los productos y cuando estos se publican, pagamos por los incentivos por haber publicado. Y esas publicaciones no tienen, en general, impacto social individual ni colectivo.

Además, la investigación universitaria debe cambiar, ser integral e interdisciplinar y servir de hilo conductor de los aprendizajes, por todas las enseñanzas de las mal llamadas «competencias blandas» que se adquieren en el proceso de investigar. Remirar la idea de von Humboldt en su momento.

Continuará…