Indagando sobre las conexiones entre la Enfermedad de Parkinson y la Microbiota Intestinal
La Enfermedad de Parkinson (EP) continúa siendo uno de los trastornos neurodegenerativos más prevalentes, manifestándose con una gama diversa de síntomas tanto motores como no motores. Entre las características patológicas distintivas de la EP, destaca la agregación anormal de proteínas alfa-sinucleína (α-syn), dando origen a inclusiones intracelulares que impactan las neuronas en el sistema nervioso central, autónomo y entérico. Una revelación emerge al considerar que la deposición de α-syn podría iniciar en las neuronas de la submucosa intestinal hasta 8 años antes de que los síntomas motores se manifiesten.
El vínculo entre la EP y la microbiota intestinal ha capturado la atención de la comunidad científica. La proximidad física de la microbiota y sus productos a los nervios entéricos sugiere un papel esencial en la dinámica de la enfermedad. Alteraciones en la composición de la microbiota pueden desencadenar cambios en la permeabilidad y función de la barrera intestinal, afectando no solo a las células epiteliales gastrointestinales sino también al sistema inmunológico y al sistema nervioso entérico.
Se destaca la capacidad de las bacterias intestinales para activar el sistema inmunológico a través de una barrera intestinal deteriorada, desencadenando una respuesta inflamatoria sistémica. Esta inflamación, a su vez, daña la barrera hematoencefálica, fomentando la neuroinflamación y, en última instancia, la lesión y degeneración neuronal. Es impresionante observar cómo la inflamación intestinal, desencadenada por patobiontes bacterianos, podría contribuir al plegamiento incorrecto de α-syn, exacerbando aún más la patología característica de la EP.
Resultados de estudios en ratones modelo de EP han confirmado la contribución significativa de la microbiota intestinal a los déficits motores y la neuroinflamación. Además, sugieren que las alteraciones en el microbioma intestinal humano podrían constituir un factor de riesgo para el desarrollo de la EP. Estudios de seguimiento han revelado cambios específicos en la microbiota intestinal, asociados con la progresión de la EP, fortaleciendo la hipótesis de que la interacción alterada entre los microbios intestinales y el sistema inmunológico de las mucosas desempeña un papel crucial en el desarrollo y exacerbación de esta enfermedad.
En resumen, la interacción compleja entre la Enfermedad de Parkinson y la microbiota intestinal nos abre un fascinante camino de investigación. Estos hallazgos no solo amplían nuestra comprensión de la fisiopatología de la EP, sino que también sugieren nuevas oportunidades para desarrollar enfoques terapéuticos innovadores que puedan modular la microbiota intestinal y, por ende, influir positivamente en la progresión de esta enfermedad neurodegenerativa.
En posteriores publicaciones comentaremos acerca de los perfiles bacterianos intestinales en la enfermedad Parkinson según una revisión sistemática, que referencio al final.
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Medico/ Inmunologo/ Inmunoterapias/ Terapias de Avanzada/ Medical Science Liaison/ Desarrollo de ensayos clinicos
1 añoProfesor Ernesto Hernández Robledo como siempre un excelente post!! Es remarcable como usted logra explicar algo tan complejo de una sencilla manera: genial!!
Ernesto Hernández Robledo excelente post, thank you for sharing!!