INNOVACIÓN, RELEVANCIA Y ÉTICA

Reflexión en torno a la relevancia de la innovación y sobre si innovar no debería ser solamente una opción de maquillaje, sino una cuestión ética

¿Por qué innovamos?

Hay un problema de fondo sobre la falta relevancia (de valor real) de la innovación para la sociedad y sus ciudadanos. Hoy por hoy existe un mantra que todos se repiten -“innovar o morir”- pero el problema de fondo posiblemente sea el saber cuál es el objetivo de la innovación: si no existe un problema real a solucionar ¿por qué innovamos?. Se trata de algo más allá de los simples beneficios.

Desafortunadamente, cada vez estamos más inmersos en innovaciones que solo despiertan interés durante unos meses, que quizás cumple con el objetivo de un posicionamiento de marca, una estrategia de marketing para dar “visibilidad” o conseguir más ventas, pero sin que realmente sea relevante en cuanto a aportación de valor para sus usuarios. Es importante recordar que innovar debería ser crear valor solucionando un problema o necesidad de una mejor manera

 ¿Innovar por innovar?

¿De qué sirve que en una empresa, organización o institución la decisión de hacer algo nuevo y diferente, si en realidad no conlleva ninguna aportación de valor relevante para la sociedad? Desde mi opinión personal diré que no sirve de nada, si lo que queremos es aportar valor real a la sociedad. Es más, directamente diría que implica malgastar recursos y confundir; incluso en algunos casos puede llegar a traer consecuencias negativas si la propuesta no es relevante.

 El concepto de relevancia es la característica de aquello que resulta fundamental, trascendente o substancial (lo que es relevante) y, por lo tanto, dispone de importancia para sus receptores y no solo para el emisor. De hecho, en el mundo de la comunicación es donde más se ha desarrollado este concepto. La relevancia es el principio que explica todos los actos comunicativos lingüísticos, tal como explicaron Sperber y Wilson mediante su “Teoría de la relevancia”. Es decir, la idea básica es que prestamos atención a nuestro interlocutor porque damos por supuesto que lo que emite (dice) es pertinente.

 Bajo este modelo de relevancia, donde el receptor se plantea la pertinencia de lo emitido, yo me pregunto cuántas de las muchas innovaciones “emitidas” actualmente (que se crean y lanzan al mercado) son realmente relevantes: pertinentes para sus destinatarios y la sociedad. En este sentido no puedo dejar de ser crítico con proyectos “innovadores” como la “starbuckización” de las oficinas bancarias por su discutible necesidad y relevancia en un momento donde conviven la digitalización y la brecha social.

 Me parece que es muy discutible malgastar el dinero en innovaciones que no consideran la especificidad social en que deben inserirse. Es importante, y mucho más para empresas que se definen con una clara vocación de servicio social, que todo proyecto de innovación tenga en cuenta el contexto. En este sentido, debemos recordar que según el informe "Una economía al servicio del 1 %", publicado por Oxfam Intermon, España es el país de la OCDE en el que más ha crecido la desigualdad desde el inicio de la crisis, tan solo por detrás de Chipre y superando hasta en catorce veces a Grecia.

 ¿Innovación relevante?

En el año 2016 William MacAskill publicó su libro Doing Good Better: Effective Altruism and How You Can Make A Difference. Un libro donde plantea el concepto del “altruismo eficaz o efectivo” y explica la esencia de un movimiento que quiere comprometerse con la idea de aplicar las evidencias y la razón para hacer el mayor bien posible. Se trata de un importante marco filosófico orientado a repensar la cooperación internacional, los actos caritativos personales o la misma filantropía.

 Para MacAskill este altruismo efectivo debe plantearse siempre la repuesta a la pregunta: ¿cómo puedo tener el mayor impacto positivo en los problemas que tiene el mundo (por ejemplo, la pobreza global, el cambio climático, la salud, la educación…)? Con ello, se refiere y nos plantea la necesidad de mejorar las vidas de los demás sin que esto implique un gran sacrificio y malbaratamiento de los recursos. Por tanto, se trata de hacer el mayor bien con los recursos disponibles

 Sin duda, una gran lección que muchas organizaciones y empresas deberían plantearse hoy cuando deciden innovar, haciéndose unas preguntas muy básicas: ¿cómo puedo innovar para hacer el mayor bien y aportación de valor con los recursos disponibles?, ¿a cuantas personas beneficiará mi innovación?, ¿mi innovación es realmente relevante?, ¿es mi innovación lo más eficaz que puedo hacer en términos de recursos e impacto?,...

 ¿Es solo una cuestión de beneficios?

Esta idea de relevancia también parece estar en discusión en cuanto el propio propósito de las empresas en Estados Unidos. De hecho, en último número de la revista Chicago Both (otoño 2018) varios artículos se enfocan a discutir si las empresas deberían hacer algo más que maximizar los beneficios; cuestionándose si el propósito de una empresa debe ser solamente el de maximizar el valor para los accionistas o debería ser crear valor social, valorando algo más que solo lo monetario. Un propósito social que en la coyuntura actual es mucho más relevante debido a los recortes en políticas sociales por parte de los gobiernos. Realidad que condiciona un nuevo contexto de exigencias de la sociedad hacia las empresas para que también respondan a estos amplios retos sociales. Algo que incluso va más allá de una acción de CSR.

 Quizás es el momento de replantearse el sentido de la innovación y desarrollar un nuevo marco de referencia y guía para innovar de forma eficaz, con relevancia. Bajo este nuevo paradigma de innovación relevante deberíamos preguntarnos si innovar no debería ser solamente una opción de maquillaje, sino una cuestión ética y con un claro valor social.

--

Sperber, D. y D. Wilson (1994). La relevancia. Comunicación y procesos cognitivos. Madrid, Visor

MacAskill, W. (2015). Doing Good Better: Effective Altruism and How You Can Make A Difference. Gotham Books.

Joan Vinyets Rejón

Ayudando a potenciar organizaciones con un enfoque más humano. Aplicando HCD, Design Thinking y etnografía en el co-diseño de propuestas de valor para las personas.

6 años

Gracias Maria. Si, el grupo que recomiendas hacen un gran trabajo para aprovechar el talento de los estudiantes y jóvenes a nivel social. Una buena manera de aportar valor social

Maria K. Norton

International citizen diplomat

6 años

Estoy de acuerdo contigo Joan, la starbuckización de las oficinas bancarias se ha visto mucho en Inglaterra por ejemplo, y su necesidad es muy discutible; de hecho se cierra cada vez más de estos succursales como han perdido de relevancia con la digitalización de nuestras operaciones financiarias en el día a día.  En cuanto al altruismo eficaz o efectivo, me gusta seguir el grupo 80,000 Hours

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Otros usuarios han visto

Ver temas