Insatisfacción Laboral e Ineficiencia Administrativa
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Insatisfacción Laboral e Ineficiencia Administrativa

¿Qué hacemos cuando estamos forzados a trabajar para un “jefe” que es un mal líder?

1-      El Jefe Inseguro:

El Jefe inseguro piensa que toda decisión necesita pasar por ellos y por su filtro egocéntrico. Una característica común de este tipo de líder es que cuando una persona de su equipo se desempeña excepcionalmente ellos tratan de frenarlo por temor a ser opacados.

2-      El Jefe sin Visión:

Los Jefes sin visión causan dos problemas profundos en su organización: no dan dirección y en consecuencia, no desarrollan pasión en su equipo. La pasión nace de la visión.

3-      El Jefe Incompetente:

Debido a que el nivel del liderazgo determina el nivel de eficacia de una organización, los líderes incompetentes se convierten en el “tope” de la organización. Si el líder es incompetente, es sólo cuestión de tiempo que la organización completa se vuelva mediocre e ineficiente.

4-      El Jefe Egoísta:

Tom Peter es su libro “El círculo de la innovación” lo explica perfectamente: “El líder egoísta intentará dirigir a los demás por intereses propios y en detrimento de los demás. Estas personas creen que la vida es un juego que tiene ganadores y perdedores, y animan a los demás a ser perdedores para que ellos puedan recolectar el botín”. Estas personas no creen en el liderazgo como herramienta para ayudar a otros sino para utilizar a otros en beneficio de ellos mismos.

5-      El Jefe Camaleón o Político:

El Jefe camaleón no tiene un modelo de principios y valores predecible. Cambia de acuerdo a la situación que más le beneficia. En consecuencia, sus seguidores nunca desarrollan confianza porque saben que el apoyo del líder sólo estará presente en los tiempos buenos.

6-      El Jefe Controlador:

Las personas que administran minuciosamente a otros con frecuencia están motivados por una o dos cosas: el deseo de perfección, lo cual no se puede lograr, o la creencia de que nadie puede hacer un trabajo tan bueno como lo hacen ellos.

Entonces… ¿Qué hacemos si estamos trabajando para estos “Jefes”?

Si tuviéramos control total de la situación podríamos cambiar al líder, pero usualmente no está dentro de nuestro círculo de influencia. Por ello, nos queda una sola estrategia para tratar con ellos:

Añadir Valor…

Tal como dice John Maxwell: “Sin importar cuáles sean nuestras circunstancias, nuestra mayor limitación no es el líder encima de nosotros, sino el espíritu dentro de nosotros”

De antemano te digo que no va a ser fácil, pero es posible… no sólo posible, sino que la situación puede transformarse en un gran éxito. He aquí unas recomendaciones:

1-      Desarrolla una relación firme con tu jefe:

La reacción natural al tener un mal líder es alejarse y construir barreras. Haz lo contrario. Construye puentes relacionales. Trata de conocerlo y busca áreas en común para desarrollar una relación profesional sólida.

Para mayor información puedes leer el artículo “Cómo construir buenas relaciones” y video “Puentes”.

2-      Identifica y Aprecia las Fortalezas de tu Jefe:

Toda persona tiene puntos fuertes y débiles. La tendencia natural cuando tenemos problemas con nuestro líder es enfocarnos en las debilidades. Haz lo contrario. Enfócate en las fortalezas (aunque sean pocas) y aprécialas sinceramente.

3-      Comprométete a añadir valor a tu Jefe:

La clave para el éxito de una carrera está en enfocarse en maximizar las fortalezas. Debido a que detectaste las fortalezas de tu líder, comprométete en ayudarlo a potenciar esas fortalezas aún más.

4-      Complementa las debilidades de tu Jefe:

Una de las razones por las cuales tienes dificultades con tu líder es que aspectos importantes del liderazgo que son fortalezas para ti no están en él. Es por ello que nace la frustración. Lo bueno es que tú si tienes esas características como fortalezas. Utilízalas al máximo para complementar el equipo entre tu líder y tú. Verás como creas un equipo ganador.

5-      Muéstrale “sabiamente” buenos recursos de liderazgo:

Debido a que eres lector de este blog, sé que eres una persona que busca mejorar tu liderazgo. Si este blog, un libro o video te ha ayudado, también lo puede ayudar a él.

Sólo ten cuidado como lo comunicas. No le digas: “Necesitas leer este libro o ir a este blog!” sino mas bien busca una conexión, como por ejemplo: “Leí un artículo que me motivó a que podemos apuntar bien alto este nuevo año, te voy a enviar el link para que lo leas” (Me refiero al artículo de Andrés Perlaza “Apunta a lo más alto este 2013”. Para leerlo dale click aquí). Probablemente lea el artículo, le guste el blog y poco a poco lea otros artículos que lo ayuden en su liderazgo. Puedes hacer lo mismo con libros, videos, etc… sólo hazlo sabiamente.

6-      Afirma Públicamente a tu Jefe:

No hay nada de malo (y mucho de bueno) si afirmas las fortalezas de tu líder públicamente. Este tipo de actos profundizarán la relación con tu líder, lo ayudarán a crecer y lo motivarán a llevar sus fortalezas al siguiente nivel.

Trabajar para un mal líder no es tarea fácil, pero si nos enfocamos en el área de influencia que tenemos, podemos transformar la experiencia en algo positivo. A veces creo que la vida nos manda este tipo de retos para ayudarnos a crecer como seres humanos y como líderes. Así que aprovecha la experiencia dentro de lo que puedas.


Al interior de la empresa se viven situaciones que pueden ser agradables o desagradables, desafortunadamente en algunas ocasiones, un liderazgo mal enfocado o un clima laboral negativo, se convierte en un verdadero dolor de cabeza para los empleados, lo que provoca que la productividad baje y la rotación de personal esté a la orden del día.

Uno de los factores que pueden provocar estrés e insatisfacción laboral en los seres humanos tiene que ver con lidiar con un jefe “incompetente”, es probable que el trabajador esté realmente comprometido con la empresa e incluso disfrute de las labores que realiza; sin embargo, toparse con un superior así, puede provocar desmotivación y frustración, emociones que lo incentivan a tomar la decisión de renunciar.

Un líder que no está preparado para el rol que asume dentro de la compañía, presenta las siguientes características: no es apto o no está capacitado para el puesto, delega en exceso las actividades a sus subordinados, tarda en tomar decisiones importantes que beneficien al equipo y/o empresa, se involucra poco con la gente que le rodea y por lo tanto carece de información de sus empleados, somete a presión, entre otras.

Trabajar en esta realidad es una situación que definitivamente el subordinado no puede controlar directamente, ya que quien decide cómo se conformará un equipo de trabajo es la dirección, la gerencia o el área de recursos humanos; sin embargo, para los empleados existen algunas medidas que pueden ser tomadas en cuenta para sobrellevar la situación y aminorar los malestares que desencadenan el deseo de salir de la empresa.

Un subordinado siempre debe respeto: es importante reconocer que el jefe tiene poder, y ante los ojos de los demás él tiene “razón”, por este motivo, es importante evitar evidenciarlo o acusarlo frente a sus superiores, ya que lejos de ayudar puede provocar más problemas, dejando como antecedente que quien se “queja” es una persona “conflictiva”. Mantener una línea de respeto puede ser de gran ayuda.

No declarar la guerra: aunque le gustaría hacerle la vida imposible a su jefe porque está cansado de “hacer su trabajo” es vital que se fomente el trabajo en equipo, convertirse en su aliado, tratar de mostrarse receptivo a sus observaciones,complemente sus ideas con las de usted, notará que con el tiempo él comenzará a darle más valor a su opinión y usted se sentirá menos frustrado.

Negociación: buscar la manera de hacer sinergia para que de manera diplomática pueda orientar a su jefe sobre cómo ejecutar el trabajo, sin que él se ofenda o se sienta amenazado.

Alinear criterios: trabaje de manera autónoma y busque la unión de sus ideas con las de su jefe, de esta manera se agregará más valor al trabajo en conjunto que se realice.

Buscar aliados: la mejor manera de mostrar el trabajo y el esfuerzo de cada uno es siendo honestos y proactivos, al tiempo que se sugiere construir una red al interior de la organización, para que ellos sin que usted delate, se den cuenta del potencial que posee y puedan promoverlo para su crecimiento profesional.

Solicitar un cambio de área: finalmente si ya siente demasiada molestia, puede acudir al área de recursos humanos y comentar que ya se siente listo para dar un paso más y tomar mayores responsabilidades por lo que solicita un cambio de área. Jamás hable mal de su jefe, mejor sea propositivo y ofrezca soluciones.

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