Instagram si que tiene un precio.
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Instagram si que tiene un precio.

Naces. creces, te buscas un sponsor, te reproduces, lo vendes en una story y mueres...

La vida ha cambiado mucho desde la aparición de las redes sociales digitales de amplio espectro y sin duda mucho más van a cambiar con el tiempo. Lo que antes parecía una inocente diversiónse ha convertido, a una velocidad inimaginable, en el centro y motor de nuestras vidas.

Ahora mismo la pobreza se mide en tantas categorías que incluso hemos incluido un gran apartado para la denominada "pobreza digital". Es impactante ver como vayas a donde vayas, es cada vez mas complicado encontrar a gente que vea la vida lejos de una pantalla y probablemente mucho mas alguien que la viva. Parece que la línea divisoria entre la documentación y la necesidad de protagonismo gana terreno a favor de esa ansiada fama digital que promete lujos y coches caros.

Hombre de negocios sentado en un banco.

No me entendáis mal, sería hipócrita decir que no me paso horas navegando a la semana por IG, Youtube o Linkedin para ver como se va moviendo el mercado laboral y encontrar a diversos artistas o gente del sector. Sin embargo, cada vez me resulta mas frio y desalentador ver como estamos convirtiendo algo con tanto potencial para comunicarnos, en redes de difusión del egocentrismo,de la autosatisfacción y adicción a la valoracion externa constante entre un gran numero de punzadas que no creerian 30 años atras.

Nos hemos vuelto una generación de individuos hipercomunicados y al final hemos cedido a estar siempre hiperdisponibles. Como siempre en estos casos, todo depende en un gran factor de la graduación de su uso. Es fantástico tener la oportunidad de poder llamar a tu pareja durante todo el camino a casa porque no has podido ir a recogerla, mandar un mensaje a tus amigos porque te has perdido en mitad del estadio, a tus familiares desde Turkmenistan para decirles que "como en españa no se come en ningun sitio" y hacer una videollamada desde lo alto de Sierra Nevada mientras desciendes. El otro lado de la moneda, sin embargo, se convierte en un excesivo control sobre los hijos, sobre los mensajes, sobre la libertad tanto de hombres y mujeres para postear sus imagenes, amenazas e incluso culpabilidad.

Mujeres bebiendo cerveza en un pub

"Todo depende de como las uses". No podría ser un argumento mas adecuado en esta ocasión, pero soy un firme y convencido pensar con la idea clara de que hay gente, material, oportunidades maravillosas entre esos milimetros de cristal que sostienes en tu mano, porque la hay y la seguirá habiendo.

El conflicto llega rápido cuando te preguntas¿ Quién nos ha enseñado a utilizarlas correctamente? No me refiero a un nivel moral o de comportamiento adecuado ( No insultes, no hagas cosas malas etc.. ) sino a consecuencias físicas, consecuencias mentales, consecuencias a corto-medio-largo plazo.

Suicidios en las redes sociales, grandes figuras yendo a terápia porque ya no pueden soportar mas la presión y constante vigilancia a la que se sienten expuestos, ansiedad a la orden del dia con sobremedicación, hipocresía para camuflar la necesidad de atención y obtener los números adecuados como si nos hubieramos convertido en un toxicomano de los likes y asi poder pasar otro dia mas.

Hablar con tus seres queridos, poder seguir a tus héroes y heroinas, poder compartir las fotos que mas te gustan con el amor de tu vida, conocer nuevos amigos, descubrir nuevos artistas, impulsar tu negocio, aprender nuevas habilidades, tener el mundo para tí entero

Niños usando telefonos moviles.

Alomejor es aquí donde empezamos a fallar por completo, cuando pensamos que todo el mundo debía rendirnos pleitesía y que la "libertad de fama" nos debía otorgar el mundo en bandeja sin mérito o condicion..


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