Inteligencia artificial: ética, alcances y reflexiones
En medio de la burbuja de las puntocom, una de las empresas que tuvo que ingeniárselas para sobrevivir fue Google. En ese entonces, era un buscador que utilizaba los datos de navegación de los usuarios para mejorar su servicio; y no tenía un modelo de negocios sólido.
Por la crisis, la empresa tecnológica decidió reconvertirse a la fuerza y se dio cuenta del poder que tenían estos datos para generar anuncios dirigidos a cada uno de los usuarios. Así fue cómo desarrollaron las unidades de negocios de publicidad digital y hoy se convirtió en el rey indiscutido de la publicidad de internet.
Una de las primeras aplicaciones de inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático que que usó Google llegó en el 2001 y servía determinar resultados precisos aunque el usuario hubiera escrito mal alguna palabra.
Otras empresas tecnológicas siguieron este camino y también empoderaron sus plataformas con algoritmos de IA y aprendizaje automático, que se alimentaban de los datos de los usuarios.
Sin la inteligencia artificial, sin los algoritmos y sin la ciencia de datos compañías como Google, Facebook y LinkedIn no serían lo que son hoy. Esto muchas veces pasa desapercibido, ya que la tecnología se convirtió en parte de nuestra vida cotidiana.
¿Por qué IA?
Por un lado, las empresas implementan soluciones con inteligencia artificial para ser más eficientes, darle escalabilidad a sus negocios y aprender de sus clientes.
Los consumidores adoptan y dependen de esas aplicaciones con IA; y por eso, podemos afirmar que vivimos en una sociedad digital.
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Así como los grandes fabricantes de software desarrollaron su negocio utilizando IA desde hace 20 años, hoy las empresas deben de recorrer ese camino, que es mucho más simple porque estas tecnologías están al alcance de la mano.
Es muy simple consumir servicios de aplicaciones de Marketing, Ventas y Servicio al Cliente con capacidades de inteligencia artificial embebida.
"Vivimos en una sociedad digital", Pablo Villa Pascual.
Ética e inteligencia artificial
En este contexto, también es inevitable que se planteen interrogantes con respecto a la ética digital. En la actualidad, seguimos debatiendo sobre la inteligencia artificial y qué requisitos éticos, estándares técnicos y mejores prácticas se necesitan para su utilización.
Como cualquier herramienta poderosa, la IA es un arma de doble filo que puede ser utilizada de forma cuestionable, como ya se ha visto en elecciones presidenciales.
En resumen, si tienes datos, en medianos o grandes volumenes, puedes comenzar a probar pequeños casos de uso donde la IA te puede ayudar, luego refinar, iterar y mejorar continuamente. Nunca es tarde para comenzar.