Inteligencia Artificial en el Derecho
Imagen generada por Dall-E 2

Inteligencia Artificial en el Derecho

En estos últimos meses la IA ha sido la tendencia en el campo de la tecnología.

La mayoría hemos visto su desempeño en la capacidad de generar imágenes realistas capaces de engañar a cualquiera, o la generación de voces con alta fidelidad y precisión.

Sin embargo, una de las mayores demostraciones del potencial que tiene esta tecnología ha venido con Chat GPT, un modelo capaz de entender y generar respuestas usando lenguaje natural de una manera bastante sorprendente, al punto en que los propios desarrolladores no terminan de entender por qué funciona tan bien.

Debe quedar claro que la versión que la mayoría hemos usado de Chat GPT corresponde a la 3.5 que es gratuita y abierta. Existe una alternativa premium con una capacidad de respuesta muy superior y mucha certeza al momento de dar las respuestas. Se trataría de la versión 4.

Esta tecnología tiene menos de tres meses de haber sido lanzada y abierta a los usuarios y, en ese corto período de tiempo ya se han publicado varios estudios que predicen una cifra de aumento del desempleo a causa de la automatización de tareas que históricamente una máquina no podía desempeñar como la de profesionales calificados.

En esta carrera por desarrollar las IAs, y considerando el avanzado nivel en que se encuentra Chat GPT 4, su empresa desarrolladora OpenAI, ha anunciado que probablemente para finales del 2023 estaría lista la versión 5.

En medio de esta serie de hechos que se vienen suscitando muy aceleradamente, hace un par de semanas, una serie de personalidades dentro del mundo de la tecnología firmaron una petición para que se detuviera por 6 meses el desarrollo de las IAs por considerar que, de seguir a este ritmo, el desempleo a nivel mundial podría aumentar de manera muy abrupta. Algunos de los firmantes de esta petición fueron Elon Musk, CEO de Tesla; Steve Wozniak, co fundador de Apple; Yuval Noah Harari, filósofo y escritor, y demás personalidades.

Finalmente, ocurrió lo que la mayoría esperábamos; Open AI no acogió la petición y se mantiene firme en la carrera del desarrollo de su tecnología.

Ahora bien, desde mi punto de vista, como egresado en Derecho y próximo a entrar a competir en el mercado laboral jurídico, me he hecho algunas preguntas: ¿En qué debería especializarme, teniendo en cuenta el contexto de lo que sucede en el campo de la tecnología? ¿Me afectará directamente, siendo yo un ciudadano de un país latino? ¿Vendrá una IA que reemplace a los abogados ecuatorianos?

El futuro es bastante incierto, pero en esta búsqueda he encontrado algunas respuestas que espero me sirvan de guía para tomar decisiones sobre mi futuro profesional.

Según un estudio realizado en abril por Goldman Sachs Investment Research en Estados Unidos y publicado en la revista La Vanguardia, la afectación de la IA a los profesionales varía en función de cada sector, y para mi mala suerte, los dos primeros son: 1) Tareas administrativas y de oficina, con una afectación del 46% y 2) Sector Legal, con una afectación del 44%.

Cuando resulta bastante obvio que el trabajo del abogado es en gran porcentaje estratégico y argumentativo, y evidentemente una IA puede realizar estas tareas, viene el siguiente cuestionamiento ¿Puede una IA hacer el trabajo de un abogado mejor que un abogado? ¿Si este estudio fue realizado en Estados Unidos, afectará de la misma forma a los países latinos?

Tengamos en cuenta lo siguiente: Imaginemos que una empresa tiene un departamento legal con 4 abogados, 2 asistentes legales y 2 pasantes. Imaginemos ahora que esta empresa necesitara de un solo abogado cuya tarea sería la de manejar un software impulsado por IA, capaz de realizar el trabajo de cualquier profesional en las diferentes ramas del Derecho. Resulta evidente que por reglas de costo-beneficio, la opción de tener un solo abogado resulta más favorable a los intereses de la empresa que la de pagar a todo un equipo. Más aún si consideramos el sueldo de un profesional del Derecho

Este ejemplo puede ser aplicado en Estados Unidos, Ecuador, China y cualquier parte del mundo.

Respecto al desempeño laboral del software me permito hacer el siguiente análisis: Existe una técnica para que el Chat GPT tenga un mejor desempeño al momento de emitirnos una respuesta, con un ítem llamado ‘cadena de pensamiento’. Cuando le planteamos una situación compleja, el Chat es capaz de darnos una respuesta inmediata. Sin embargo, al pedirle que lo realice a través de una cadena de pensamiento, el Chat desglosa la respuesta dando argumentos lógicos del cómo y por qué ha llegado a esa conclusión y en algunos casos, al pedirle que realice esta cadena, puede cambiar de conclusión, dando una respuesta más exacta. A nivel técnico a esto se le llama ‘chain-of-thoughts prompting.’

¿No es acaso esta la manera en la cual un juez realiza el trabajo argumentativo dentro de una sentencia, o la manera en la que un abogado fundamenta una demanda?

Ser miembro de una élite jurídica implica ser un profesional del Derecho con altos niveles argumentativos académicos, investigativos y estratégicos. Este desempeño puede variar en función del nivel de experiencia, grado académico y natural perspicacia del abogado. Sin embargo, no existe un ser humano capaz de comerse todos los cuerpos normativos, doctrina y jurisprudencia del Ecuador, esto sólo lo podría hacer una máquina con la capacidad, no sólo de guardar todo el conocimiento del Derecho, sino también de usar todo ese conocimiento para emitir argumentos sólidos sobre cualquier tema.

Debo dejar claro que ChatGPT no tiene una finalidad estrictamente jurídica, sino más bien general. El problema está en que la empresa OpenAI ha abierto esta tecnología para que cualquier persona con los conocimientos indicados en el tema sea capaz de usar esta potencia para ser entrenada con cualquier base de datos, y a la vez cruzada con otras tecnologías ya existentes. Por ejemplo, existen personas que crean asistentes virtuales que usan la potencia de respuesta de ChatGPT y lo mezclan con un generador de voces para que esta tecnología pase de ser un chat a ser una conversación real.

Fácilmente podría utilizarse la potencia del Chat para entrenarla con uno de estos softwares que tienen toda la legislación histórica y vigente del Ecuador, toda su jurisprudencia y cargarle tomos enteros de doctrina sobre diferentes temas dando como resultado un Chat Jurídico capaz de generar la respuesta a cualquier consulta que pidamos.

¿Podría una IA emitir un fallo mejor que lo haría un Magistrado? ¿Podría una IA redactar una demanda mejor que los mejores abogados del país?

Está por verse, y en menos de lo que esperamos.


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