Inteligencia artificial. ¿Herramienta o reto en los entornos comerciales?

Inteligencia artificial. ¿Herramienta o reto en los entornos comerciales?

La coexistencia con la inteligencia artificial (IA) presenta desafíos y oportunidades en diversos aspectos clave de nuestra sociedad, desde la veracidad de la información hasta la empatía real y el desarrollo humano. A medida que avanzamos hacia un futuro en el que la IA juega un papel central, es fundamental abordar estos retos con estrategias claras y herramientas efectivas que permitan detectar esa, cada vez más delgada línea entre lo que existe y lo que dispone un algoritmo. 

 

En las ventas y los entornos comerciales, la IA ha empezado a destacarse en las respuestas y la atención al consumidor, como un ente que dinamice las compras y resuelva con facilidad situaciones básicas del contexto de un producto o una marca. Cada hora, con el entendimiento de los algoritmos y los avances predictivos del entorno artificial se avanza a pasos agigantados sobre esa misma alternativa de atención, pero surgen inquietudes y necesidades lógicas de interacción humana que exceden, por ahora, los límites de la comunicación programada.

 

Dentro de estos retos, desde los entornos comerciales debemos entender estas 4 banderas rojas de la IA y rescatar rápidamente las bondades humanas para fidelizar con empatía y cercanía, el vacío que deja la predicción y la lógica del algoritmo:

 

  1. Veracidad y objetividad: La IA tiene el potencial de difundir información falsa a través de algoritmos de personalización que priorizan contenido virtual sobre contenido veraz. Según un informe de la Stanford Institute for Human-Centered Artificial Intelligence, los sistemas de IA pueden amplificar desinformación si no se diseñan adecuadamente para mitigar sesgos y priorizar la transparencia. En los entornos comerciales, la creatividad y la improvisación efectiva son vitales a la hora de cerrar negociaciones o acercamientos.
  2. Ventas y comercio: En un entorno donde la IA personaliza recomendaciones y experiencias de compra, las empresas deben equilibrar la eficiencia de los algoritmos con prácticas éticas y confiables. La confianza del consumidor es crítica, y cualquier percepción de manipulación puede afectar la relación con los clientes, los cuales en algún punto van a preferir la interacción humana y no un bot en sus etapas tempranas.
  3. Habilidades blandas y empatía: Si bien la IA puede automatizar tareas, no puede reemplazar las habilidades humanas como la empatía, la negociación y la capacidad de entender contextos complejos. Por ejemplo, en sectores como la educación, la comunicación estratégica y la salud, la interacción humana sigue siendo insustituible.
  4. Desarrollo humano: Según avances e investigaciones de la Universidad de Harvard, las interacciones humanas mediadas por IA deben ser complementarias, no sustitutivas, para promover un equilibrio entre la eficiencia tecnológica, el pensamiento crítico y el bienestar emocional.

 

Herramientas para detectar contenido no real y fomentar el desarrollo ético de la IA:

 

  1. Fact-checking automatizado: Herramientas como Google Fact Check Tools ayudan a verificar información rápidamente.
  2. Uso de redes neuronales explicables: Modelos que muestran cómo llegan a sus conclusiones, promoviendo transparencia y contenido de valor real. Clave la mentalidad crítica para “no tragar entero”.
  3. Educación en alfabetización digital: Programas que enseñen a distinguir fuentes confiables desde la infancia y los mismos nuevos medios informativos.
  4. Plataformas como Deeptrace para detectar deepfakes.
  5. Métodos de auditoría ética: Incorporar auditores de IA en las empresas para garantizar prácticas justas y transparentes.
  6. Regulaciones específicas de IA: Adoptar normativas similares a las propuestas por la Unión Europea para garantizar la equidad y la seguridad. Hay que involucrar rigor ético y legal en la confrontación de los contenidos informativos.
  7. Desarrollo de frameworks éticos como los promovidos por diferentes iniciativas y normatividades en el mundo. En Colombia ya hemos visto casos de personas influyentes que se suplantan con inteligencia artificial para “vender” y socializar productos que ni conocen. No hay una reglamentación que condene rigurosamente estas prácticas.
  8. Transparencia en los algoritmos de redes sociales.
  9. Fomentar la diversidad en el desarrollo de IA para evitar sesgos culturales o sociales.
  10. Colaboración entre humanos e IA para tomar decisiones más equilibradas.

  

Cifras clave:

  • Un informe del AI100 reveló que, entre 2016 y 2021, la IA pasó de ser una tecnología limitada a laboratorios a impactar masivamente en el día a día, pero también destacó los peligros de su mal uso, como la proliferación de deepfakes y bots manipuladores en redes sociales.

 

  • En el ámbito laboral, un 85% de las empresas proyecta integrar IA en sus procesos para 2030, según McKinsey, lo que plantea el reto de la reeducación laboral y la ética en la automatización.

 

La clave para una convivencia efectiva con la IA radica en fomentar la colaboración humano-máquina, establecer políticas regulatorias robustas y promover un uso ético que priorice la verdad, la empatía y el bienestar social, no para criticar todo lo nuevo o no ir en la línea evolutiva de los descubrimientos, sino por el contrario, coexistir y sacar ventajas de ellos.

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