Inteligencia Solidaria
Octavio Fernández Mouján nos cuenta en su libro, “Inteligencia Solidaria”, que este nuevo paradigma de la realidad que la física cuántica nos aporta, lo hemos aplicado al campo de la psicología clínica y teórica a través de la teoría de la participación de los valores, los cuales no son identificables como objetos sino como campos que no pertenecen a nadie y por eso son de todos.
Para lo cual más adelante agrega: sólo una inteligencia así sería capaz de captar la información que intuye el bien común. Es una inteligencia que se desarrolla en el margen de todo sistema estructurado y dado. De esa manera no apunta a la sublimación de los objetivos idealizados como progreso o éxito, sino de la creación de nuevos ideales más acordes con el anhelo de ser de todos.
El ser humano intenta aferrarse a seguridades, normas, que suele establecer como dogmas. A pesar de no encajar del todo, prefiere eso a deambular en, lo que cree, una angustia solitaria.
De ahí el problema con quienes formatean estrategias y las repiten de forma estructurada. Explicando cómo son las cosas. Dualidades al estilo: Éxito-Fracaso; no logran más que estigmatizar a las personas, de forma similar a Salud-Enfermedad.
En los tiempos que estamos viviendo buscar una explicación o respuestas lógico normativas, no es más que querer apaciguar el miedo. Más que nunca, estamos en una situación de excepción sin precedentes. Es necesaria la creación como valor, un nosotros donde cada quien sume su herramienta para la construcción colectiva.
El juego es parte de ese espacio interno/externo, ese Yo que da lugar a un conjunto, a las posibilidades de la creatividad. Se trata de ser parte de ese momento lúdico donde “no se puede jugar a medias. Si se juega, se juega a fondo”. Reemplacen por la palabra vivir o crear y tendrán un hermoso comienzo. Porque, como también dice Eduardo Tato Pavlovsky, “sin creatividad uno se burocratiza, se torna hombre concreto. Repite palabras de otro”.
VP of Engineering at The Good Game
4 añosExcelente!