INTERINSTITUCIONALIDAD, UNA CLAVE PARA EL DESARROLLO EN MOMENTOS AUSTEROS

INTERINSTITUCIONALIDAD, UNA CLAVE PARA EL DESARROLLO EN MOMENTOS AUSTEROS

Vivir un momento austero es, sin duda, una oportunidad para ser más creativos. Los últimos años del país ha experimentado una sensación de austeridad prolongada, fortalecida por la continua  exposición de noticias, a través de los medios de comunicación, en las que se informa a la ciudadanía sobre recortes de personal, disolución de instituciones, altos montos de deuda pública, entre otras, lo que ha implantado en el imaginario colectivo del ecuatoriano la idea que la capacidad operativa y económica del país esta mermada y por ende es un momento difícil para hablar de desarrollo.

Por cierto, quiero aclarar que la intención de este artículo no es analizar, de forma trillada, el estado económico del país, ni emitir comentarios sobre su administración política o económica, sino presentarles un par de premisas, que muchos tendrán ya interiorizadas y empieza por el valor de la oportunidad.

Según el Banco Central del Ecuador (BCE) el sector público no financiero, evidenció una disminución de su gasto en el primer trimestre de 2018 (de enero a marzo),  que pasó de $8.989 millones en el mismo periodo de 2017 a $8.369 millones en 2018, es decir, un 7 % menos de gasto e inversión. Hablando del Gobierno central, el porcentaje de disminución fue de un 15%, al ir de $5.798 millones a $4.952 millones, en concordancia a la situación económica que se viene presentando en el país desde 2016; es por ello que, si trabajas actualmente en una institución pública, habrás escuchado más de un par de veces, a todo nivel que “no hay plata”. Los proyectos de inversión y necesidades de gasto corriente del Estado son evaluadas y reevaluadas continuamente para asegurar su pertinencia; esto ha colaborado con la desaceleración de la economía a todo nivel, pues sector público fortalecía económicamente  muchos temas privados; un claro ejemplo del impacto negativo de estas circunstancias fue la disolución de más de 7.600 compañías ecuatorianas en 2016, reportado por la Superintendencia de Compañías en marzo de 2017. 

Este proceso pone a prueba la capacidad creativa y de adaptabilidad de la población económicamente activa del Ecuador, sobre todo en los líderes del sector empresarial y público, que pese a las circunstancias económicas, no pueden parar el desarrollo al país, y es donde el concepto de interinstitucionalidad encaja perfecto.

El primer paso para entender la oportunidad que brinda este concepto es sacarse de la cabeza las ideas  “no está en mis competencias” o “nosotros no hacemos eso”; la estructura mental rígida y poco adaptable lleva a las empresas a desaparecer; casos como SEGA, KODAK, DAEWOO, entre otras, son un claro ejemplo que la falta de comprensión de las circunstancias, muy cambiantes por cierto, que brinda el mercado, pueden llevar a una empresa a su disolución, por ende deben ser, obligatoriamente, los indicadores principales para la toma decisiones a todo nivel dentro de las empresas e instituciones.

El segundo paso es entender que la calidad del producto o servicio que brindamos es el requisito mínimo que espera el mercado actualmente; hoy en día el valor agregado es sin duda la clave para la fidelización del cliente y la sostenibilidad de un proyecto o servicio; para hacer referencia a este argumento, quiero exponer, de forma breve, el caso de la pugna entre las cooperativas de taxis amarillos y la presencia de Uber y Cabify en el país. En una entrevista a Diario La Hora, Carlos Santos, dirigente del gremio de los taxistas formales, argumentó que desde que aparecieron los nuevos sistemas de transportación, que se gestionan a través aplicaciones desde teléfonos inteligentes, vieron reducidos sus ingresos hasta en un 50%; esto se debe a que el usuario prefiere el servicio de los segundos.

Entre las estrategias para combatir la proliferación de este servicio se ha planteado el refuerzo a operativos de control, marchas multitudinarias, entre otros, siendo poco o nada efectivas para combatir “el problema”, pues, al parecer, algunos líderes de las agremiaciones de taxis legales, no llegan a comprender que el usuario no escoge estos servicios por que disfrute de la “ilegalidad” o prefiera “movilizarse en vehículos de colores”. Uber y Cabify ofrecen valores agregados al servicio de transportación regular, pues ha comprendido que los viajes son largos dentro de ciudades como Quito y Guayaquil, debido al tráfico, y  por ende, deben hacer la experiencia del usuario más agradable; servicios adicionales como opciones de métodos de pago, hidratación gratuita, seguridad en el registro de las unidades y sobre todo un depurado protocolo de servicio al cliente, les significó un aumento del 20%  de operaciones semanales en el 2017, según  Santiago Borja, gerente de la compañía Cabify en Guayaquil.

Tomando en cuenta ambas premisas, la de austeridad y el valor agregado, la pregunta obvia es, ¿cómo ofrecer valores agregados sin tener que invertir innecesariamente? Es entonces cuando el concepto de interinstitucionalidad se vuelve atractivo. La intención fundamental de esta estrategia es volver disponibles recursos cognitivos, normativos u operativos, que permitan a los actores involucrados alcanzar objetivos, que de otro modo no serían alcanzables, o lo serían pero con costos mucho más altos. En un contexto territorial determinado, se puede apreciar que la mayor o menor riqueza de capital social, se relaciona con la implicación de los sujetos individuales y colectivos, que residen aquel espacio, en redes colaborativas (Triglia, 2003: 129).

Con esta idea clara en mi cabeza, inicié el proyecto de desarrollo territorial QUERIDO BARRIO cuyo objetivo es prevenir la violencia social y disminuir la presencia de delito, en barrios urbano marginales, tipificados cómo peligrosos, por los volúmenes de denuncia ciudadana, registrados en los sistemas de información de la Policía Nacional. El proyecto, que no ha sido lanzado todavía a nivel nacional, pero sirve para ilustrar la premisa fundamental de este artículo, pues la tesis central del mismo defiende que no existe prevención del delito en una zona, si en su entorno y habitabilidad  no hay desarrollo, sobre todo económico y social. La respuesta no está en el despliegue de más efectivos de la Policía Nacional, sino en la construcción de entornos cohesionados, prósperos y saludables para los habitantes del barrio, a través de la mejora sus capacidades productivas, para incrementar sus oportunidades de acceso a trabajos mejor remunerados, ampliar su nivel de escolaridad, rehabilitar aquellas zonas en las que se presentan, con mayor incidencia,  delitos o conductas problemáticas cómo consumo de drogas, entre otros.

Desde una perspectiva operativa e institucional el  Ministerio del Interior no cuenta con programas de educación o desarrollo profesional, ya que su conformación orgánica no se lo permite, pues son competencias de otras instituciones públicas,  sin embargo, es su deber encontrar mecanismos, proyectos e iniciativas que mejoren la convivencia pacífica del país y esto se puede lograr reforzando los canales de cooperación interinstitucional que el proyecto requiere.

Actualmente estamos tratando de unificar esfuerzos con otros Ministerios de  Estado, además de empresas privadas, organizaciones de la sociedad civil, entre otros, para articular e implementar  diferentes iniciativas, programas y proyectos, para trabajar en el desarrollo de los barrios de forma integral, solamente haciendo coordinación territorial interinstitucional.

Una oportunidad clara que tenemos es la coordinación con universidades que requieren de programas de vinculación con la colectividad para sus estudiantes, en este caso, el proyecto Querido Barrio se ajusta perfectamente a sus necesidades, pues necesita personal de apoyo para las intervenciones territoriales, como mingas comunitarias, escuelas de prevención, entre otras y los estudiantes serían una fuerza laboral interesante, con costo cero, para apoyar la implementación exitosa de estas intervenciones, es decir, ambas partes ganan, pues dan cumplimiento a sus objetivos institucionales y aportan, de manera integral e integradora, al desarrollo de las comunidades.

Al igual que la gestión del Querido Barrio y su futuro catálogo de servicios, provistos por diversas organizaciones gubernamentales o privadas, existen infinidad de oportunidades de colaborar interinstitucionalmente con varios actores, a todo nivel, pero para lograrlo es necesario tener la mente abierta y creativa para consolidar estos espacios, lo importante es valorar el costo-beneficio de esta “unificación de necesidades” y ampliar su espectro de sostenibilidad, no basarse meramente en el costo operativo mínimo, la visión a corto plazo y de réditos inmediatos son incompatibles con esta estrategia.

Primero hay que identificar en qué formas necesitamos ayuda de un aliado y a su vez cómo podríamos ayudarlo a él, esa es la clave de toda alianza. Por ejemplo una mecánica puede hacer un convenio con una flota de taxis, que requiere de reparación y autopartes de forma constante, para dar servicio preferencial, en precios y valores agregados, para asegurar un negocio a largo plazo, esto aumentará su liquidez y capacidad de inversión. Otro caso podría ser problemas de venta y distribución de productos (usualmente el emprendedor piensa primero en el producto, antes que dónde y a quién vender, lo cual le pone en aprietos), por lo que le convendría identificar empresas con presencia online que se están abriendo paso en el mercado, para ofertar una nueva línea de productos complementarios o incluso distintos, pero que atiendan públicos objetivos similares, de esta forma, ambas empresas pueden apoyarse mutuamente para promoverse en aquellos canales en donde son más fuertes cada una, y llevar a cabo diferentes acciones conjuntamente que les permitan movilizar clientes de una empresa a otra y viceversa.

Si bien todo lo expuesto anteriormente, al igual que mi anterior artículo, se basa en sentido común y tal vez dije algo de más obvio, es necesario interiorizar la necesidad de la creación de estos espacios de colaboración; de esta manera tu empresa o proyecto se fortalecerán.

Después de haberme leído ¿Tienes algún proyecto que requiera de interinstitucionalidad? comentémoslo ;)

Sch


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