INTRODUCCION
En nuestra ciudad, y en muchas otras de nuestro país, eso no es consuelo, la gente vive con miedo, se refugia en sus casas, no salen a la calle con tal de no sufrir agresiones a sus más elementales derechos, a no ser determinado por sus semejantes y vecinos, a no ser empujados, a que no les echen el carro encima cuando van cruzando una calle, a que no les griten improperios soeces, a tener que oír una conversación a voz en cuello llena de groserías, a caminar por una acera llena de basura dejada indolentemente por un vecino, al irrespeto al espacio público, a los individuos que violan los derechos de los demás en el transporte público, en las colas, en los semáforos, a un altoparlante a todo volumen, a no poder caminar por los andenes porque un individuo se apoderó del espacio público, a ver hordas de mendigos en los semáforos, al señor que se parquea abusivamente en un garaje ajeno o en un andén y se va tan campante, a esperar a ser atendido mientras los empleados hacen sus cosas personales o hablan sin respeto al cliente; eso si, sin entrar a considerar otros hechos mucho más graves como son el robo, el crimen, la falta de policía y de justicia prontas y oportunas que nos protejan.
A través de la lectura de Choosing Civility de Dr. P. M. Forni, cofundadora del proyecto de civilidad de Johns Hopkins University en los Estados Unidos, de varias publicaciones y de la observación de los comportamientos ciudadanos me he ido interesando en el tema con el propósito de buscar establecer un código de conducta, unas reglas de convivencia, un estatuto de decencia que nos lleve a tener una vida más amable, con menos violencia diaria, con una sonrisa de un conciudadano que nos alegre el día como premio por nuestra buena conducta social y con una actitud generosa hacia nuestros ciudadanos que necesariamente convertirá nuestro entorno en un mejor escenario para vivir.
En conclusión para tomar una actitud positiva y constructiva que resuelva nuestro problema y que nos conduzca a vivir armónicamente en sociedad debemos proponernos:
· Establecer unas normas básicas de convivencia ciudadana
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· Adoptarlas mayoritariamente
· Estudiarlas y practicarlas
· Enseñarlas a través de cursos intensivos
· Dar ejemplo con nuestra conducta a nuestros conciudadanos
Para cumplir con este objetivo he formulado LOS DIEZ MANDAMIENTO PARA LA CONVIVENCIA CIUDADANA, cada semana en este mismo espacio formularé uno de estos mandamientos con su explicación.
Regional Account Manager
8 mesesExcelente y gracias por compartir educación que falta hace!