Investigadores de dos universidades emplean inteligencia artificial para reconocer mieles adulteradas
¿Es posible estar científicamente seguro si una miel es de ulmo o quillay y así certificar su origen?. A través de técnicas de microscopía y visión artificial, investigadores de la Universidad de Concepción y de la Universidad San Sebastián, buscan certificar la correcta determinación botánica de la miel y su pureza.
Respecto a la certidumbre del origen de la miel, se explicó que la respuesta está en el polen, ya que es único en cuanto a forma según su especie, ya sea de ulmo, de quillay o de cualquier tipo de flor, incluyendo las melíferas. Justamente la miel que se consume contiene residuos de polen, que pueden ser determinados y contados para obtener una estadística que nos permite saber a ciencia cierta de cuáles especies vegetales está constituida una determinada miel y si ésta es predominantemente de una especie, o bien, mixta.
Otra dificultad es determinar si la miel es pura o está adulterada con algún tipo de jarabe endulzante para aumentar su volumen. Las mieles falsificadas dañan notoriamente las condiciones de transparencia de los mercados, mantiene los precios internacionales a la baja, arriesgando al mismo tiempo la salud de quienes no estarían consumiendo miel sino un producto adulterado a partir de ésta. Lo que empuja al sector apícola a avanzar hacia estrategias de valor que permitan a los consumidores poseer alguna certificación científica que valide la calidad de las mieles.
OPTOELECTRÓNICA
Es por lo anterior que investigadores de la Universidad de Concepción (UdeC) y la Universidad San Sebastián (USS) trabajaron durante dos años en el proyecto “Desarrollo de un sistema optoelectrónico para detección y cuantificación de adulteraciones en miel producto de diluciones de jarabes endulzantes y su correcta determinación del origen botánico”, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).
Actualmente, el proyecto se encuentra finalizado en su etapa de prototipo y los investigadores están en búsqueda de financiamiento para seguir avanzando en este desarrollo tecnológico para llegar a un resultado final que sea patentado y que permita entregar el servicio a la comunidad de apicultores para poder certificar sus mieles.
Cabe mencionar que el grupo de investigación lo componen además René Garcés, Max Troncoso, Jorge Tapia, Guillermo Machuca, Anselmo Jara, Braulio Contreras, Ignacio Sanhueza, Iván Lamas, Christian Castro y Leonardo Guiñez.
Respecto al objetivo de esta iniciativa, Juan Pablo Staforelli, quien es director del proyecto y académico de la UdeC, mencionó: “Se busca desarrollar una tecnología optoelectrónica de un microscopio multiespectral con la capacidad de certificar el origen botánico de miel y cuantificar el grado de deformación espectral de mieles de alta pureza botánica, lo que servirá para reconocer adulteraciones”.
Por su parte, Pablo Coelho, director alterno del proyecto e investigador de la USS dijo: “Actualmente hemos logrado que el sistema tenga la capacidad de detectar la huella hiperespectral de la miel para determinar si existen jarabes artificiales agregados y además es capaz de reconocer distintos tipos de polen por medio de visión e inteligencia artificial”.
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GRANOS
La palinología es una rama de la botánica que consiste en estudiar y determinar los granos de polen y esporas de especies vegetales, siendo la melisopalinología la encargada de estos estudios en mieles. Reconocer, determinar y contar granos de polen presentes en mieles requiere de gran cantidad de tiempo por cuanto se deben contar cientos de pólenes por muestra para poder llegar a una identificación válida, estadísticamente, en cuanto a determinar un origen mono, bi, o multifloral de estas mieles.
“El trabajo de determinar y contar granos de polen conlleva gran esfuerzo y dedicación de tiempo de los palinólogos y poder disponer de un sistema que permita la automatización del proceso y en conjunto determine la presencia o ausencia de jarabes endulzantes, constituye un paso enorme para la apicultura tecnificada en nuestro país”, dijo Mauricio Rondanelli, investigador del proyecto y académico del Departamento de Ciencias y Tecnología Vegetal del Campus Los Ángeles de la UdeC.
Samuel Carrasco es apicultor establecido en la zona del Alto Biobío y suma a esto la urgencia de incorporar investigación y herramientas tecnológicas para mejorar la comercialización de la miel, es por esto que accedió a colaborar con sus productos cuando los investigadores le presentaron el proyecto. En opinión de Carrasco: “Estaba encantado, porque hay muy pocos estudios sobre las mieles y a veces hay muy poca conexión entre la universidad y esto es espectacular. Es una herramienta que nos va a servir mucho”.
Misael Cuevas, presidente de la Federación Red Apícola Nacional, destacó por su parte: “Este trabajo incorpora distintas disciplinas de la generación de conocimiento y eso es muy importante para la cadena apícola. Creo que a través de este proyecto podemos llegar a establecer un sello, eso ayudaría mucho, sobre todo a la pequeña producción para penetrar tanto el mercado nacional como internacional”.
APIMONDIA
Misael Cuevas agregó que en septiembre de 2023 se efectuará Apimondia, feria de oportunidades comerciales y tecnologías enfocadas en la apicultura.
“Chile será anfitrión del evento durante septiembre, lo cual pondrá en valor, no sólo las potencialidades del sector, el atractivo turístico y las capacidades de organización de nuestro país en torno al mundo apícola, sino también todo el ecosistema en su entorno, tanto público, académico y privado”, dijo Cuevas.
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