Jóvenes y política
Queridos jóvenes:
Sé que están decepcionados de la política. La corrupción, el abuso de poder, el clientelismo y la falta de renovación han ahuyentado su interés por esta doctrina. Les doy toda la razón.
Quizás el sistema y las estructuras tradicionales de poder efectivamente buscan que ustedes se mantengan así: apáticos. Que no se involucren en la realidad de su ciudad, provincia y país; pues su desencanto permite que los “políticos de toda la vida” continúen tomando las decisiones importantes.
Pero se abre un nuevo escenario. En un mundo globalizado, de conocimiento infinito y comunicaciones instantáneas, como nunca antes la juventud está preparada para dirigir los destinos del mundo.
Hoy ustedes tienen esa oportunidad única de recuperar su histórico protagonismo como jóvenes forjadores de los grandes cambios sociales. Recae en ustedes la enorme responsabilidad de educarse para ser ciudadanos, de participar con ideas claras y ser un ejemplo para los que vendrán.
Su misión, entre otras cosas, está en desvanecer de a poco ese negativo prejuicio que tiene la juventud sobre la política. La política es el vehículo para alcanzar el poder, y solo con poder se pueden generar los cambios que hacen falta para mejorar el entorno, reafirmar sus derechos y consolidar sus libertades.
Sean dueños de su vida y de su destino.
Existen muchos espacios para hacer política. Podemos debatir con nuestros amigos sobre el futuro de la tierra donde vivimos, criticar el sistema que nos regula o diseñar propuestas para mejorar la calidad de vida de todos. También podemos juntarnos con gente afín y defender una causa, una lucha, un proyecto. Asimismo, se puede militar en un partido y ser candidato.
El punto de partida: interesarse por lo que está pasando a su alrededor. Con amigos y familiares conversen sobre alternativas para paliar el desempleo, la inseguridad y el abuso de drogas; piensen en propuestas para proteger el medio ambiente; construyan posiciones que pongan en duda las decisiones de la autoridad. Sueñen con un mundo mejor.
Finalmente, amigos míos, a las puertas de una nueva contienda electoral, ustedes tienen la obligación de conocer en profundidad a los candidatos para las diferentes dignidades. Evaluar su perfil, validar sus ofertas, cuestionar sus intenciones. Tomen una decisión consciente; pues si no se ocupan de la política, estoy seguro que la política sí se ocupará de ustedes.