Joan Costa, genio y figura de la comunicación moderna

Joan Costa, ha partido. Es una de esas figuras que no muere, que seguirá viviendo por su obra y por la experiencia transmitida a centenares de profesionales. Comunicólogo, diseñador, sociólogo, publicista y principalmente, pensador español, falleció hace poco, a los 96 años de edad.

Por su extensa trayectoria, era uno de los pensadores de la comunicación más reconocidos en Europa y en América Latina. Promotor del concepto DirCom, que ha fomentado la profesionalización del director de comunicador estratégico y comprometido.

Había un Costa para cada expectativa. Los comunicadores admiramos su visión pionera sobre el rol de la comunicación en las organizaciones; los diseñadores adoraban sus enseñanzas sobre los conceptos de imagen y señalética; los publicistas y empresarios buscaban cómo adecuar las empresas y marcas siguiendo sus preceptos; los académicos se nutrieron de la amplia gama de teorías y esquemas prácticos que fue capaz de divulgar.

En su libro “La Comunicación: diez voces esenciales” Joan Costa hizo justicia al grupo de pensadores que desde mediados del siglo pasado marcó el universo y vigencia de la ciencia de la comunicación “con espíritu humanista”. Todos se conocían, intercambiaban opiniones y participaron en proyectos conjuntos influenciándose los unos a los otros. Ahí están —entre otros— Abrahan Moles, Vilém Flusser, Marshall McLuhan, Umberto Eco, Edgar Morin y el propio Costa. 

Costa planteaba interrogantes existenciales para comunicación como “¿cambiar el mundo o cambiar el significado del mundo?”, decía el comunicador argentino Borrini; otros autores recogían su dicho: “la comunicación es más fuerte que la acción”, porque si bien “la acción crea realidad, la comunicación crea sentido”.

El profesor Andreu Barrabino, tan catalán como Costa, publicó hace un par de años una tesis doctoral titulada “Radiografía de una mente creativa. El caso del comunicólogo Joan Costa”, en el que resume y celebra la vida y obra de una mente excepcional.

En lo personal, me cabe el honor de considerarme su amigo desde hace más de una década atrás, cuando vino a Lima para dar unas conferencias y promover el entonces discutido concepto de DirCom. Fue muy generoso al autografiarme sus libros durante un intercambio de publicaciones en las que él resaltó que nos unía el concepto de “esferas de la comunicación”.

Las dos últimas publicaciones que hice sobre Organizaciones Espejo (2014) y La Crisis en Escena (2021), llevan palabras de reseña de Joan Costa. Cada vez que viajaba a España me contactaba con él, excepto la última, en octubre pasado, cuando no pudimos hablar ni vernos en Barcelona porque el virus del Covid me alcanzó. Me escribió diciendo que seguiríamos en contacto y que se mantenía “atento siempre a tus novedades”.

Dicha frase compendia su buena disposición hacia los esfuerzos intelectuales de alumnos y profesores de las maestrías DirCom de muchos países. Generoso con su saber, paciente para escuchar, directo para expresar sus opiniones, erudito sobre las teorías más afirmadas del mundo académico, sencillo como hombre de pueblo y observador como ninguno. Descanse en paz maestro.