LA ÚNICA VERDAD.

LA ÚNICA VERDAD.

. El cerebro se equivoca, el corazón jamás.

Razonar es descubrir. La razón conduce a encontrar la verdad; pero primero se topa con el pensamiento, que es cuando entiende que razonar no es precisamente pensar. Ambos caminan por senderos paralelos, no se cruzan porque van en la misma dirección.

Pensar tiene que ver con el sentimiento. El que piensa se acerca a la poesía; el que razona, a la ciencia. Piensa el poeta; razona el filósofo.

Por la razón es posible llegar a toda clase de conocimiento, pero solo el pensamiento conduce a las fibras más sensibles de la emoción. Razón y pensamiento tuvieron su esplendor en Grecia; la razón, quizá, con Sócrates, el sensible pensamiento, con Homero.

Los filósofos descubrieron que por la razón se puede entender todo, hasta Dios; y los poetas, por el pensamiento, nos acercan a la palabra, y por la palabra, a la poesía, y por la poesía, al corazón. Tal vez, algún día, un poeta revelará que solo el corazón nos conducirá al amor como única verdad, y que esa sensibilidad no necesita de razonamiento alguno pues depende tan solo de un detalle. Por ejemplo, un gesto; por ejemplo, una sonrisa. O, quizá, de una melodía.

De repente, un día, una joven enamorada le dice a su amante al pasar ante una sala de fiestas: - Escucha, Manuel, escucha, están tocando nuestra canción; y ambos compartirán una alegría superior, desbordante; una plena felicidad – por un minuto – pero es suficiente porque ese instante comprende la única verdad que solo descubren los que se aman.


“Cuando una joven le pregunta a su amante, ¿Me amas?, le está preguntando: ¿Ves la misma verdad que estoy viendo yo?”

La razón descubre verdades hoy que terminan convirtiéndose en mentiras mañana. El amor es una verdad permanente. Verdad hoy, verdad mañana, siempre verdad.

Al final, esta es la única verdad. El cerebro se equivoca, el corazón jamás.


Enrique Obregón Valverde 

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