La astenia primaveral o el desánimo estacional
LAURA GARCÍA AGUSTIN. PSICÓLOGA CLÍNICA Y DE LA SALUD.
¿Qué es la astenia primaveral? ¿Por qué se produce?
La fatiga primaveral o astenia es uno de los trastornos más frecuentes que requieren atención. Las razones o causas de este desarreglo, como ocurre con la mayor parte de ellos, son variadas. Entre ellas podemos mencionar el estilo de la vida de la persona, que determina en gran medida la forma de adaptación ante los cambios de estación, una vida sedentaria, hábitos de ejercicio físico, los hábitos de alimentación, patrón de sueño, el estado general del organismo, el estilo de pensamiento y afrontamiento general de los problemas y de los períodos de estrés, etc.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
El síntoma principal es el cansancio o fatiga crónica durante esta etapa. Otro síntoma asociado es una intensa apatía. La persona afectada no tiene ninguna gana de realizar actividades, ni siquiera aquellas que pueden resultar más cotidianas, como salir a dar un paseo, cocinar, ver a los amigos, salir de compras, etc. Esta disminución en la actividad general de la persona va a provocar una alteración significativa en el estado de ánimo, ya que el organismo no se encuentra con fuerzas para realizar actividades, por tanto la percepción de la persona acerca de lo que ocurre tiende a ser más pesimista y negativa.
Claves para prevenirla
Es muy importante para prevenir este trastorno, cuidar especialmente nuestro organismo a todos los niveles, cognitivo (estilo de pensamiento), fisiológico (sentimientos/emociones) y motor (comportamientos).
A nivel cognitivo es fundamental aprender a interpretar las cosas cotidianas que nos ocurren de una manera más realista y positiva, para que éstas nos afecten lo menos posible, en el sentido de pagar el menor coste emocional. Si tratamos de ahorrar un poquito de coste emocional en nuestra vida nuestro organismo se encontrará más fuerte y más preparado para soportar cualquier adversidad que se presente.
A nivel fisiológico cuidar nuestro organismo cuidadosamente, como si se tratara de algo muy preciado (de hecho, es lo más preciado que tenemos). Con demasiada frecuencia olvidamos que nuestro cuerpo necesita atenciones permanentes que le permiten mantenerse en un estado óptimo, porque de lo contrario empieza a fallar y a provocar desarreglos lógicos en su intento de restablecer el orden perdido. Es preciso alimentarlo con un criterio adecuado, aportándole todos los nutrientes que necesita para mantenerse en forma. Esto es, un adecuado aporte de vitaminas, de proteínas, de hidratos de carbono y reducir el consumo de grasas. Esto último, resulta especialmente significativo, ya que una de las explicaciones de la fatiga primaveral, hace referencia al abuso excesivo que se realiza durante los meses invernales de grasas, que se acumulan en el organismo y que después resultan más difíciles de eliminar en primavera, por lo que el organismo duplica su trabajo para afrontar una actividad distinta y una carencia vitamínica.
A nivel motor es muy importante que se aumente y estabilice la actividad física, es decir que se realice algún deporte o alguna actividad física de forma regular, que permita al organismo mantenerse en forma en cualquier época del año y no sólo en primavera y verano. Esta falta de ejercicio resulta especialmente perjudicial para el organismo porque generalmente se realiza de manera irregular obligando a nuestro cuerpo a realizar excesos innecesarios al inicio de cada etapa.
Pautas para despertar del letargo psicológico.
Cuando una persona se encuentra dentro de un proceso de astenia primaveral, es especialmente importante que trate de seguir, en la medida de lo posible las recomendaciones anteriores. Que comience por cuidar su alimentación, incluyendo o aumentado en su dieta el consumo de frutas y verduras frescas para aumentar el nivel de vitaminas en el organismo.
De igual modo, que cuide sus períodos de reposo (patrón de sueño) y actividad incrementando esta última y tratando de realizarlo de una manera regular. Que trate de realizar aquellas tareas cotidianas con una actitud mental positiva, aunque no le apetezca, ya que la práctica continuada aunque suponga un gran esfuerzo es un potenciador extraordinario del estado de ánimo positivo. Que trate de desarrollar actividades gratificantes que le permitan distraerse y pasarlo bien. En general, que realice todas aquellas actividades que le aporten una satisfacción personal y que le permitan mimarse en esta etapa.
¿Cómo paliar un cuadro de tristeza generalizada?
¡Activándose! Empezando a estabilizar unas rutinas adecuadas.
Si la persona que padece este tipo de desarreglo es capaz de poner en práctica año tras año las recomendaciones del apartado anterior, y las convierte en un estilo de vida, es muy posible que con el paso del tiempo pueda hacer desaparecer este desarreglo, pues su organismo a nivel general (pensamientos, emociones y comportamiento) estará en plena forma y no tendrá por qué sufrir los cambios estacionales de manera desadaptativa.
Y si la apatía se alarga, lo mejor es pedir ayuda a un psicólogo que nos ayude a encauzar nuestro estado de ánimo para que los problemas no se “hagan un mundo”.
Laura García Agustín.
Psicóloga Clínica y de la Salud.
+34 622471264
www.lauragarciaagustin.com