La Auditorìa y los desafíos en la Gestión del Alta de Pacientes Ancianos
La planificación del alta hospitalaria es un proceso crucial para garantizar la continuidad de la atención de los pacientes, comenzando desde el momento de su ingreso. A pesar del conocimiento sobre las mejores prácticas para diseñar planes de alta efectivos, la calidad de su implementación en la práctica real sigue siendo inconsistente y deficiente. Un estudio de revisión sistemática realizado en 2013, que examinó 22 artículos científicos obtenidos de bases de datos confiables, identificó numerosos problemas que afectan la gestión del alta de los pacientes ancianos.
Entre los desafíos más significativos se encuentran las deficiencias en la toma de decisiones y en la comunicación. La falta de coordinación adecuada entre los pacientes, sus familiares y los profesionales de la salud no solo genera confusión, sino que también contribuye a reingresos hospitalarios no deseados. Además, se observó que las necesidades de cuidado posterior rara vez son evaluadas con la profundidad necesaria, y con frecuencia, la planificación del alta ocurre de manera apresurada y sin prever las complejidades del entorno al que el paciente regresará. Estas deficiencias se agravan cuando la fecha de alta se maneja de manera poco clara o sin objetivos definidos, lo que puede dejar a los pacientes en una situación de incertidumbre sobre su proceso de recuperación.
Otro problema recurrente es la limitada integración de los servicios comunitarios y la insuficiencia de recursos para atender las necesidades posthospitalarias. El estudio señaló que las altas hospitalarias prematuras o significativamente demoradas son fenómenos comunes, influenciados por la escasez de personal capacitado, la falta de formación interdisciplinaria y la inexistencia de protocolos estandarizados para gestionar las transiciones del hospital al hogar. En particular, la falta de un enfoque multidisciplinario coherente y el desconocimiento de las necesidades psicosociales de los pacientes representan obstáculos importantes.
En cuanto al impacto sobre los pacientes y sus cuidadores, se documentaron sentimientos de abandono y desamparo al regresar a casa sin un plan claro para la continuidad de su cuidado. Los cuidadores familiares, por su parte, se enfrentan a una carga considerable sin haber recibido suficiente información o apoyo para manejar adecuadamente la situación. Los profesionales de la salud reportaron frustración por la falta de herramientas para involucrar a los cuidadores en la planificación del alta, lo que contribuye a un proceso fragmentado y poco efectivo.
Para mejorar esta situación, es fundamental adoptar un enfoque más sistemático y proactivo. La implementación de metodologías estandarizadas que evalúen las necesidades del paciente, el establecimiento de objetivos claros de atención, y la mejora de las estrategias de comunicación entre los distintos niveles de atención y los servicios comunitarios son esenciales. Del mismo modo, integrar a los cuidadores como actores clave en el proceso no solo ayudaría a garantizar una transición más segura, sino que también reduciría la prevalencia de reingresos evitables.
En síntesis, la planificación del alta hospitalaria es cada vez más relevante debido al aumento del número de personas mayores que requieren hospitalización, junto con la creciente presión sobre los recursos sanitarios. A pesar del conocimiento existente, la práctica actual sigue presentando serias deficiencias, entre ellas la falta de documentación adecuada, la insuficiencia de comunicación efectiva y la disrupción en la continuidad asistencial. Resolver estos problemas requiere un compromiso colectivo para redefinir las prácticas y políticas de alta, colocando al paciente en el centro del proceso y promoviendo un enfoque integral de atención.
Bibliografía: Koskinen, V. H. (2013). Problems in Ageing Client’s Discharge Process. Systematic Literature Review. Thesis, Laurea University of Applied Sciences, Laurea Otaniemi.