¿La burocracia contribuye a la inseguridad?
En la primera semana de agosto asaltaron con arma de fuego a un compañero de trabajo a las 6 de la tarde a media cuadra de la oficina; lamentablemente una turista norteamericana fue alcanzada por una bala mientras hacía fila para ingresar a un centro de diversión, y vimos en redes sociales como una persona arrolla con su vehículo a plena luz del día a unos secuestradores que pretendían “levantar” a otra persona. Estos tres eventos ocurrieron en Polanco, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México.
La realidad nacional llego a nuestro entorno y no queremos darnos cuenta. Las victimas por cada 100,000 habitantes en México se incrementaron de 24,000 en 2010 a 28,800 en 2017 de acuerdo a INEGI; y como consecuencia, la percepción de inseguridad también se incrementó del 69% en 2011 al 74% en 2017; pero este indicador en CDMX llega al 85%; solo superados por Veracruz, Tabasco, Tamaulipas y Morelos a nivel nacional.
Esta es una señal de alerta que debemos tener en cuenta, porque la CDMX tiene 4.1 policías por cada 1,000 habitantes, el mayor índice en el país, contra 1.1 policías por 1,000 habitantes en México. Aun cuando siempre demandaremos más vigilancia policial; en el caso de la CDMX no podemos asumir que el déficit de policías es la causa de esta situación.
Sin embargo, si analizamos los procesos de seguridad y procuración probablemente encontremos indicios de porque se están incrementando los delitos en la CDMX y en general a nivel nacional. Por ejemplo, una víctima de robo de celular en el metro, fue citado 5 veces en 3 oficinas distintas para ratificar su denuncia – que previamente había presentado por internet. En el mejor de los casos el Ministerio Público esta agobiado con el incremento de la carga de trabajo; aunque lo más probable es que no tienen el más mínimo interés en investigar, recuperar los bienes robados y presentar a los responsables ante un tribunal. Lo anterior, genera impunidad para que el delincuente siga cometiendo robos todos los días.
En los casos en que la víctima si recibe el apoyo de un policía, deberá esperar en promedio 4 horas para que el agente documente el hecho en las actas del proceso de primer respondiente y el Informe Policial Homologado (IPH). Este último contiene 451 preguntas, divididos en 7 secciones y 13 anexos. En cada uno de estos documentos el policía debe volver a llenar campos como su nombre, cargo, adscripción, fecha, lugar, o nombre de la víctima. Afortunadamente ya se realizó a nivel nacional una simplificación de estos documentos, pero el nuevo formato no se ha liberado oficialmente por la autoridad federal.
La simplificación de procesos burocráticos es fundamental para mejorar nuestra seguridad; porque cuando un policía dedica 4 horas de su turno a llenar papeles eso significa que la mitad de su turno no estará haciendo tareas de vigilancia – el mecanismo más efectivo junto con la prevención del delito para vivir en orden y paz. Adicionalmente, si el asunto llega a un tribunal y este es llenado incorrectamente lo más probable es que el responsable del delito sea liberado inmediatamente por fallas al “debido proceso”; situación que se vuelve recurrente porque solo el 25% de los policías han recibido capacitación en este tema.
Lo anterior nos obliga como ciudadanos a participar en programas de participación ciudadana y de prevención del delito; así como a promover y apoyar cambios de paradigma en las estrategias de seguridad orientadas a la atención a las víctimas, la automatización de la recepción y documentación de las denuncias desde dispositivos móviles, la transparencia, la evaluación del desempeño y profesionalización de cada policía, ministerio público y juez. La indiferencia no es una opción.