La clave está en las personas

Por Diego Imperio CEO Ricoh Latin America

Imagino que, como yo, habrán leído o escuchado mil veces que el activo más valioso que tienen las empresas somos nosotros, las personas. Es más, todos, en alguna circunstancia lo habremos dicho o pensado, ¡no hay dudas!

Por tanto, la discusión no sería cuál activo es más valioso, ¿sino que hacemos con ese activo? Una cosa es segura, en una era donde la automatización, los robots y la irrupción de la inteligencia artificial han comenzado a transformar el mundo del empleo, está claro que el estilo de liderazgo basado en la micro gestión es cada día más obsoleto.

Los líderes debemos enfocarnos, entonces, en cómo transformamos el talento en un recurso que ayude a las organizaciones a alcanzar sus objetivos, abriendo espacio a la creatividad, la innovación y al gran potencial que tienen las personas. Una de las formas más efectivas para hacerlo es empoderando a nuestros colaboradores. Sin embargo, hacer esto, no es una tarea fácil.

Una pista de cómo hacerlo, nos la dio Steve Jobs hace algún tiempo.

Jobs, además de ser un genio con una visión y talento único para generar productos y servicios que finalmente revolucionaron a la industria tecnológica, también dejo algunas frases maravillosas sobre liderazgo, como la siguiente:

“No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué tenemos que hacer”.

Impulsar el empoderamiento de las personas que trabajan con nosotros puede hacerse de varias formas y depende del tipo de organización, de su nivel de madurez y de los intereses particulares de los equipos; pero en general, considero que hay tres puntos claves en este proceso: 

1.      Comunicación efectiva. Para generar esto, lo primero es fomentar la transparencia en nuestra organización. Como líderes, no precisamos explicar en detalle cada acción que tomemos, pero si dar contexto a cada decisión importante que se toma.  Debemos, además, estar dispuestos a escuchar las ideas de nuestros colaboradores, sus preocupaciones y necesidades. Esto creará un ambiente de confianza en el que se sienten valorados y comprendidos. Esta comunicación bidireccional permite que las personas se sientan “parte de” y que evidencien que su opinión cuenta.

2.      Fomentar el desarrollo continuo. Promover una cultura de aprendizaje constante que mezcle dos perspectivas: las oportunidades que brinda la compañía y el deseo del individuo por auto-desarrollarse.

La primera, consiste en brindar oportunidades de capacitación, programas de desarrollo profesional, mentores internos ofrecidos por la compañía, entre otros. Cuanto más se invierte en el crecimiento de los empleados, más probable es que descubran y aprovechen su talento latente. 

La segunda, consiste en motivar a las personas a que se preparen y capaciten por deseo propio. Si no hay ese “accountability” o responsabilidad individual, se desperdiciará la oportunidad para potenciar el talento de las personas y de fortalecer a través de iniciativas de entrenamiento el sentido de pertenencia.

3.      Reconocimiento. El reconocimiento regular y las recompensas por un trabajo bien hecho son poderosas herramientas para empoderar a los empleados. Un elogio sincero, una asignación a un proyecto que le permita al colaborador exponer sus habilidades o un reconocimiento monetario, pueden motivar a los trabajadores a esforzarse al máximo y a seguir desarrollándose. 

Empoderar a las personas es, tal vez, una de las formas más efectivas para capitalizar el conocimiento, la experiencia y habilidades de las personas. Ya que presenta un beneficio mutuo, tanto para el colaborador como para la compañía; por una parte, la persona tiene la oportunidad de demostrar sus habilidades a través del liderazgo, haciéndose responsable. Y por otra, la compañía se convierte en ese coach (entrenador) que abre puertas y presenta oportunidades.

Siempre y cuando se tengan las reglas claras de hasta dónde llega el poder de acción y decisión de cada colaborador, el empoderamiento es una muy buena alternativa para gestionar el talento, y para sacar el mayor provecho del que muchos creemos, es el activo más valioso de las compañías.