La creación del estado digital
Se abre el camino a una nueva forma de gobierno, los estados pierden poder y las empresas tecnológicas lo ganan. Quizá algún día puede que estas empresas sean una nueva forma de gobierno a nivel mundial.
Según un estudio del World Economic Forum de 2016, si Facebook fuera un país, tendría una población superior a la de China, la cual está en segundo lugar, seguido de la India. Whatsapp estaría en cuarto lugar e Instagram en quinto. Cabe destacar que estas dos últimas son propiedad de Facebook. Otras empresas, como Google y Apple, también están presentes en nuestras vidas de una forma muy extensa. Google es el buscador más usado del mundo a demás de ser el propietario de Youtube y de un gran número de aplicaciones que utilizamos diariamente, como Gmail, Traductor, Drive, Waze, Andriod, Google+, Maps, Earth,.. y así sumando hasta más de cien servicios prestados por la plataforma. Incluso escoge y filtra, a través de su algoritmo, el contenido que vemos en la red, por lo que determina qué páginas enseñar y cuales no.
Apple, en menor medida, también dispone de grandes volúmenes de información. Un elemento introducido en los últimos años en los teléfonos móviles es el reconocimiento dactilar y facial para desbloquear nuestros dispositivos. Esta información biométrica hasta el momento era solo propiedad del estado, siendo esta la única institución que poseía de forma justificada los rasgos personales que nos caracterizan y nos hacen únicos al compararnos con el resto de ciudadanos.
Tal acumulación de datos permite a estas empresas ser conocedoras de los gustos, intereses y motivaciones de un gran número de personas alrededor del mundo, y en consecuencia, les proporciona capacidad de influir y modificar la opinión pública. No obstante, en política, los medios de comunicación tradicionales siempre han sido los encargados de manipularla. Berlusconi por ejemplo, consiguió ser presidente de Italia apoderándose de los medios. Pero con el surgimiento de internet y las redes sociales, dichos medios se han visto desbancados por estas nuevas formas de transmisión de información. Un claro ejemplo lo encontramos en las últimas elecciones norteamericanas, donde las redes sociales jugaron un papel crucial en el triunfo de Donald Trump con las llamadas “fake news” y la manipulación en masa de la población norteamericana, que, sin duda, jugaron un papel determinante en la victoria de Trump frente a Hilary Clinton.
Es por ello que las redes sociales, y en especial Facebook, se han situado en el punto de mira de la comunidad política y periodística internacional por interferir en unos comicios. Pero ¿a caso esto no ha sido fruto de nuestras acciones?¿No ha sido el pueblo de una forma libre e independiente que ha podido elegir la fuente de información que ha considerado más apropiada a los nuevos tiempos? ¿Hemos otorgado dicho poder a empresas como Facebook sin darnos cuenta, y ahora vemos los resultados?
No deja de ser paradójico que en los últimos meses los medios norteamericanos hayan empezado a especular con la posibilidad de que en las próximas elecciones americanas Mark Zuckerberg se postule cómo candidato a la Presidencia de los Estados Unidos dado que a lo largo del último año Mark ha recorrido todos los estados del país norteamericano en un viaje que recuerda mucho a una campaña electoral. El objetivo, según Zuckerberg, era conocer los problemas reales de la población estadounidense.
Con más de 2.100 millones de usuarios, la empresa de Zuckerberg tiene una capacidad de influencia de un tercio de la población del planeta. Si, a eso se le añade el argumentario, fruto de las preocupaciones e intereses de sus conciudadanos que ha ido recopilando a lo largo de su viaje, ya tendría los elementos necesarios para empezar la campaña electoral con más efectividad de la historia.
Elección o manipulación
En el hipotético caso que finalmente se presentara como candidato a las próximas elecciones, y fuera elegido Presidente de EEUU, ¿la población norteamericana habría elegido libremente a su presidente, o habría sido inducida a ello?
Como presidente electo, Zuckerberg tendría por primera vez poder real. Es decir, capacidad para modificar la legislación vigente y la vida de los ciudadanos de forma directa, a la que si sumamos la influencia que ejerce en las redes, la multitud de aciones que podría implementar escapan a la imaginación y comprensión de las personas. Y es justo en ese punto, donde el ciudadano tiene que dejar espacio a la duda, a la idea de que a lo mejor el gobernante no siempre buscará el interés general, sino que tendrá como prioridad modificar la legislación para el beneficio de las empresa de la que proviene. Y si este fuera el caso, la legislación podría volverse enormemente flexible con las empresas de la información, las cuales podrían acumular grandes cantidades de poder hasta derivar en lo que George Orwell llamaría El Gran Hermano.
Todo hace pensar que en los próximos años, las empresas tecnológicas y de la información irán creciendo exponencialmente y acumulando más y más datos de la población mundial. En caso de que dicha realidad pusiera en riesgo la soberanía del estado nación, seriamos testigos de la creación del primer organismo de gobierno mundial con alcance a todos los rincones del globo. En este escenario, la relación ciudadano-estado cambiaría. Dejaríamos atrás la idea ordinaria del ciudadano vinculado a un territorio que elige libremente a representantes con inclinaciones ideológicas y políticas, para entrar en un ambiente de gobernanza mundial con pocos puentes entre dirigentes y población a pesar del impacto que puedan tener éstos en la vida de las personas.
“Los tiempos están cambiando”, un titular muy usado que muchas veces carece aparentemente de validez real, pero en algunas ocasiones es acertado. Vivimos un momento de cambio y es nuestra obligación ser conscientes de ello.
Pau San Juan Díaz
⭐️ Experto en IA, Copilot y Comunicación Digital Estratégica. Conferenciante. Docente. Trainer Digital. Autor del Informe IA y Comunicación Corporativa (EAE, Planeta). Periodista y CEO.
6 añosSi proyectamos las tendencias del desarrollo tecnológico en el futuro, la tesis que presenta el artículo podría convertirse en realidad antes de lo que esperamos.