La diferencia entre acción inteligente o impulsiva

La diferencia entre acción inteligente o impulsiva

Ponte en situación: estás frente a un estudiante visiblemente enfadado, la tensión se puede cortar con un cuchillo tanto en el aula como a través de la pantalla, y sientes cómo tu propio termómetro emocional empieza a subir. En ese momento crítico, te encuentras en una encrucijada crucial. ¿Te suena familiar?

El primer paso antes de reaccionar es, y siempre debería ser, tomar un respiro y gestionar nuestras propias emociones. Esto no es solo por ti, sino también por el impacto que tu reacción tendrá en esos jóvenes observadores. La diferencia entre elegir una acción inteligente y ceder a una impulsiva puede cambiar completamente el curso de una situación.


Cuando las emociones nos desbordan, nuestro cerebro está programado para entrar en modos de lucha, huida o parálisis, ninguno de los cuales es especialmente útil en un entorno educativo.

Aquí es el momento donde la pausa reflexiva se convierte en tu mejor aliada. Antes de responder, tómate un momento para evaluar tus propias emociones.

Esta acción consciente puede reducir significativamente tus niveles de estrés y permitirte acceder a una forma de pensar más elevada y clara, gracias a la corteza prefrontal de nuestro cerebro.


Cada vez que gestionas tus emociones en un momento de tensión, estás ofreciendo una lección de autorregulación a tus estudiantes. Les estás mostrando que es posible mantener la calma y la claridad, incluso en momentos difíciles. Esto no solo te posiciona como una figura segura y accesible, sino que también establece un ambiente de aprendizaje más tranquilo y controlado.

Prueba las siguientes técnicas:

1. Diálogo interno positivo: Habla contigo mismo/a como lo harías con un buen amigo/a. Frases como "Lo tengo controlado, puedo manejar esto", o "Todo va a ir bien, ya lo he hecho antes", son mantras que pueden calmar tu mente.

2. Cambio de perspectiva: En lugar de preguntarte qué problema tiene este alumno/a, intenta reformularlo a ¿Qué le ha pasado a este estudiante?, o ¿Qué intenta decirme su comportamiento? Este enfoque te ayuda a ver la situación desde una perspectiva más comprensiva y menos crítica.


Estoy segura, que cada día, enfrentas desafíos que prueban tu paciencia y empatía. La manera en que eliges responder a estos desafíos puede construir un entorno de apoyo y aprendizaje, o uno de tensión y conflicto. Al aprender a manejar tus propias emociones antes de reaccionar, estás cuidando de ti mismos/as y además fomentas un modelo de inteligencia emocional para tus estudiantes y todo aquel que te rodea.

Entonces, la próxima vez que te encuentres en ese punto crítico, pregúntate: ¿Qué impacto quiero tener? ¿Una acción impulsiva o una inteligente? La elección siempre es tuya.

Rubén Marcano Rondón

Psicólogo Clínico. Educación para la Salud. Facilitador de Medios Pacíficos de Resolución de Conflictos - 🇻🇪

7 meses

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