La economía circular social
La economía circular social
Responsables de la dignidad humana
Desarrollar una sociedad humana necesita un total respeto por la naturaleza
La economía circular debe conseguir la máxima eficiencia de las tres R. Tanto a los consumidores como a los productores nos toca aplicar la Reducción, la Reutilización y el Reciclaje. Si se organiza bien cada una de estas fases la economía circular debe permitirnos entrar en un crecimiento sostenible.
Quienes han estudiado la energía saben que el calor que pasa de un cuerpo a otro no puede hacer el camino a la inversa. Esto recibe un nombre muy curioso "entropía". Algo parecido ocurre con los materiales, cuando se utiliza un bien material, el siguiente usuario ya no tendrá las mismas cualidades que había recibido el primero y no se puede dar marcha atrás. Podríamos hablar de la entropía de los materiales.
Así, parecería como si el crecimiento no fuera posible sin introducir nueva energía, nuevos materiales, nuevos productos. Si continuamos el razonamiento, al no tener fuentes de energía inagotables, como los materiales son finitos, habrá un momento en el que la economía deberá detenerse porque no se podrá crecer más. Se iniciará la economía del decrecimiento.
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Ahora bien, en todo este proceso no hemos hecho entrar el factor humano. Nosotros, las personas, tenemos una vida limitada, pero nos reproducimos para generar una continuidad de la especie. Algo que parece evidente que no ocurre con la energía y los recursos minerales. Los vegetales y otras criaturas con capacidad reproductiva siguen patrones propios, más o menos similares. Esto significa que tenemos a nuestro alcance mejorar la gestión que hacemos del entorno en el que vivimos y llevamos tiempo defendiendo la economía circular como una estrategia mucho más eficiente para garantizar el desarrollo de las generaciones futuras.
Esta visión dinámica de la especie humana debe hacernos ver que la economía circular planteada hasta ahora, es una economía circular para gestionar la energía y los recursos naturales. Pero nos olvidamos que es necesario hacer circular estos elementos coordinadamente con los humanos. Debemos saber distinguir, la economía circular material, de la que tanto se habla, de la economía circular social, de la que nadie habla.
La economía circular social significa que deberemos introducir en los informes de sostenibilidad de la empresa explicaciones sobre cuál es el nivel intelectual que precisamos en nuestros trabajadores, cuál es el nivel de formación continua que necesitamos, cuáles son las capacidades físicas que necesitamos, entre otras muchas. Si por la economía circular material explicamos que cuando un ordenador nos ha quedado obsoleto no lo tiramos, sino que lo llevamos al punto de recogida para iniciar su reciclaje, por la economía circular social deberemos explicar qué hacemos cuando uno de los nuestros trabajadores queda “obsoleto” o su puesto de trabajo queda amortizado.
La empresa no puede hacerse cargo de un trabajador que no tiene lugar en ese proceso productivo. Sin embargo, la empresa tampoco es la responsable de los puntos de recogida de los ordenadores y hoy a nadie se le ocurre dejar el ordenador abandonado en la entrada de las instalaciones. La economía circular social va más allá del horizonte empresarial pero no habrá economía circular que garantice la sostenibilidad si sólo piensa en la economía circular material. Es necesario implantar urgentemente la economía circular social, bien engranada con la material si queremos garantizar un desarrollo sostenible por los humanos.