La economía reproductiva

Hoy se va a hablar mucho de economía productiva. De entrevistas laborales, de diferencias de salarios, de proporción de directivos/as, de investigadores/as y fondos recibidos, de personas por género en la cúpula judicial, de consejos de administración, de universidades y altos cargos en las mismas...

Hoy se va a hablar poco de la economía reproductiva. De la importancia de que aquellos a quienes más queremos no sean criados por personas que cobran cinco euros la hora. De la importancia que tiene que un niño que sufre acoso escolar llegue a casa del colegio y haya alguien con quién hablar. Hoy tampoco se va a hablar de los padres y madres que dedicamos las tardes a estar con sus hijos en el parque mientras éstos juegan libremente. Tampoco de los que podemos vivir con la mitad de sueldo porque no queremos trabajar más para que ese dinero termine en manos de quien cuida de nuestro hijo, para lo cuál renunciamos al último Iphone, el coche tanque y rehipotecarnos a los cuarenta. Hoy se hablará poco de que cuando tienes un hijo es normal que tu vida laboral se resienta. El drama es que no ocurra.

Se hablará poco de la decisión emocional más importante de nuestra vida que es con quién decidimos algo tan importante como tener hijos.

Hoy se hablará muy poco de que el éxito para personas como yo no es ser directivo, ni investigador de prestigio, ni rector de una universidad, ni juez ni nada parecido.

Para mí el éxito en la vida es ver crecer a mis hijos, educarles en primera persona y que sean una contribución a la sociedad para que esta sea mejor, más justa y sana. Porque son niños felices y equilibrados que ven y siente amor a su alrededor cada día.

AUTOR: Nacho Caballero