"La eficiencia energética es la estrategia y en la estrategia"
En una sociedad que cada vez demanda más energía y un país donde evoluciona la economía y su condición estacional hace que se generen grandes variantes, hay dos soluciones que la sociedad reclama, la mejora de la eficiencia energética y la utilización de las energías más antiguas, como son la del sol, la del agua y la del viento, hoy conocidas como energías renovables, pero que requieren un avance tecnológico que permita su utilización masiva de forma competitiva con el resto de las fuentes energéticas. La eficiencia energética, importante para amortiguar el fuerte consumo de energía, es menos visible por la sociedad, sobre todo cuando se dispone de una energía qué relativamente se está haciendo más económica y más aun por los grandes sectores productivos, que suelen cargar sus costes al producto final.
Es por tanto un importante desafío cambiar la cultura energética ya que para muchos, se requiere un esfuerzo económico considerable tecnológicamente hablando, cuando NO se dan cuenta del gran potencial de ahorro que implica la implantación de un Sistema de Gestión Energético que pasaría a ser la Estrategia Empresarial, insertando de igual manera, la Eficiencia Energética en la estrategia de los procesos y subprocesos de producción de tal forma que los haga más competitivos.
La eficiencia energética debe ser considerada en todo el sector productivo como la estrategia, incorporando personal preparado en este estratégico rol para la implantación de sus propios modelos de gestión energética que le permitan el aprovechamiento de todas las oportunidades de ahorro en sus procesos actuales y su incorporación en los diseños de ampliaciones y nuevos proyectos, así como por la eficiencia en la producción de recursos naturales, incluidos los energéticos, en su transformación, su transporte, en la fabricación y usos industriales y, por último, en la logística final para conseguir, con productos y equipamientos más eficientes, la reducción del consumo de energía.
Posteriormente la eficiencia energética puede presentar un componente tecnológico importante si se tiene que pasar de una cultura de calidad de prestación de servicios, como objetivo industrial, a una cultura que, sin dejar este objetivo, introduzca como especificación de producto su mayor eficiencia energética. Esta cultura no sólo redundará en un menor consumo energético, sino que el beneficio final llegará al usuario con una reducción, en algunos casos importante, en los costes de uso de las diferentes tecnologías y sin duda, en un valorable y significativo impacto ambiental.
Para mi es muy grato en lo personal y profesional incorporarme a este valioso equipo de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética AChEE en la línea de Industria y Minería en virtud de la ardua y admirable labor que viene realizando este joven grupo profesional de trabajo, que con mucho sentido de valoración e identidad proyectan lo mejor para su nación y para el futuro de las nuevas generaciones, abonando una cultura de eficiencia energética que le dará sin duda grandes frutos a este prospero y bello país.