La empresa reprime sus emociones, sin embargo los clientes y colaboradores se dejan llevar conforme avanza la relación.
Fotografía de David: Rodrigo Fuica

La empresa reprime sus emociones, sin embargo los clientes y colaboradores se dejan llevar conforme avanza la relación.

La alextimia en el ámbito médico tiene relación con las personas que reprimen sus emociones, lo cual sucede generalmente por miedo, la idea de quedar descolocado frente a una situación, quedar vulnerable, evitar vivir emociones negativas en una relación con futuro incierto, por creer que dejará de pertenecer a un determinado circulo, pasar vergüenza, hacer el ridículo, evitar que otras personas lo tomen a mal, al final, en todos los casos está el miedo presente más que el amor de ser uno mismo y avanzar hacia los perímetros de la zona de confort para pasarlos y descubrir abriendo nuevas puertas. Reprimir los sentimientos nunca es la mejor decisión consiente o inconsciente, puesto que deja a la persona en un mismo lugar y no la deja avanzar, sin embargo, existe otro camino, el de avanzar con miedo para vivir las emociones y sentimientos que se presenten en la experiencia, abiertos a los caminos de la vida, porque al final, la vida se trata de vivirla, aunque pueda haber sufrimiento en la experiencia, también habrá felicidad, y solo se sabrá si se avanza con apertura de las emociones.

Los clientes y los colaboradores son abiertos en este sentido, ellos sin miedo avanzan en la relación con la empresa para vivir todas las emociones que les deparará cada una de las interacciones en su ciclo de vida, algunas serán las esperadas o placenteras y otras serán displacenteras, ellos no lo saben, solo se dejan llevar en el camino de lo desconocido, y por supuesto que siempre con las mejores expectativas, pero avanzan, no renuncian por miedo.

¿Pero qué pasa con esta gran persona llamada “empresa”? ese lugar donde habitan cientos de personas que generan emociones entre ellos y hacia sus clientes en cada interacción persona a persona o persona y tecnologías diseñadas en sus modelos de atención. Esa gran persona que a veces es inconsciente de las emociones que genera porque autoreprime sus propias emociones desconectando de la esencia con la relación interna y con sus clientes.

Las empresas muchas veces terminan siendo edificios de concreto, con ventanas y puertas cerradas al entendimiento de sus propias emociones y las de sus clientes, se cierran a la investigación de estas y por consiguiente frenan el diseño de cambios que les permitan una mejor conexión para quienes sirve ¿por miedo?, quizás si, por miedo a tener que hacerse cargo de las emociones y por lo tanto mantener las relaciones con sus colaboradores más allá de solo contratos, políticas, normas, procedimientos, remuneraciones justas y acatar las directrices de la estructura vertical, y en clientes, una relación sustentada en las garantías, un precio justo, estándares y un diseño de la prestación del servicio que solo considera las capacidades internas.

En un mundo donde las personas deciden en un 95% por sus emociones, las empresas que logran una ventaja competitiva son las que ven a sus colaboradores como el componente estratégico que sirve para lograr la lealtad entre ellos y hacia sus clientes. La invitación es a investigar y hacerse cargo de las emociones para desdea ahí diseñar en torno a ellas un mejor futuro, mejor servicio y mejores relaciones.


Redacción: Matías Cristi


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