La Empresa Social, ¿moda o concientización?
En la publicación del año 2019 de su encuesta anual sobre las Tendencias Globales de Capital Humano; la consultora Deloitte socializaba el término Empresa Social, con el cual pretendía reafirmar y ampliar el concepto de Responsabilidad Social Corporativa - RSC- (entendido por otros como Responsabilidad Social Empresarial RSE)
Bajo esta definición se engloban todas las prácticas organizacionales que apuntan en velar por el desarrollo sostenido del capital humano y a su vez, la conservación del medio ambiente donde las compañías realizan su actividad.
El vocablo no es tan nuevo como se cree, tuvo su origen por los años 60; resultado de la iniciativa de un grupo de empresarios preocupados por el legado que dejarían a sus predecesores.
Si bien es cierto se sabe de casos a escala mundial de organizaciones que se preocupan por el impacto que su gestión puede ocasionar al entorno. En la mayoría de ellos las acciones enfocadas al bienestar de su talento humano quedan rezagadas. Recibiendo el nombre de Filantropía.
A pesar de la serie de iniciativas que se han propuesto a través de los años, producto de investigaciones para incrementar la motivación laboral de los colaboradores como el teletrabajo, flextime, creación de grupos ad-hoc, expatriaciones, entre otros. Resulta complejo poner en marcha este tipo de estrategias por temas relacionados con la confianza y la supervisión de personal.
Recuerdo una empresa en la que trabajé en relación de dependencia sólo la primera línea (los gerentes) tenían acceso al beneficio home office (trabajo desde casa), el mismo que no gozaba de mucha aceptación ya que al querer comunicarse con ellos era complejo localizarlos. Versus el escenario de encontrarlos físicamente en su escritorio o lugar de trabajo. No se diga cuando colaboradores que por temas personales nos veíamos impedidos de ir a trabajar, solicitamos acogernos a esta modalidad.
En muchas ocasiones los que llegaban a acceder a esta variante de trabajo, recibimos llamadas constantes por parte de nuestro superior directo con el fin de corroborar “en que nos encontrábamos”. Desde mi perspectiva si no contamos con un liderazgo claro, basado en la confianza y los resultados. Este método de trabajo resulta más engorroso que la vía presencial.
El estilo de liderazgo es sin dudas una de las dimensiones de clima que incide directamente sobre el ambiente de la empresa. Una organización donde los gerentes trabajan en equipo con otros gerentes y a su vez, cumplen el rol de coaches de su capital humano es la base de la empresa social.
El liderazgo en base a resultados es una estrategia fidelizadora que impacta en 3 dimensiones:
- Enriquecimiento del cargo,
- Aprendizaje vivencial y
- Trabajo en equipo, lo cual genera: “la experiencia del cliente interno”
Debido a la pandemia que vivimos en la actualidad, cobran vigencia este tipo de alternativas, junto a la automatización de procesos, como una opción válida para salvaguardar la salud del personal, sin mermar la rentabilidad. Sin embargo, ¿qué sucede cuando los resultados siguen ligados a viejos indicadores? Por ejemplo: comisión por ventas presenciales, relojes biométricos y demás.
Me salta la duda ¿ estamos preparados para aplicar este tipo de metodologías de trabajo que garanticen el bienestar del equipo laboral?