LA ETERNA JUVENTUD FRENTE AL EDADISMO
Francisco de la Torre Olid
Ciertamente cumplir años es irrelevante cuando la persona se considera proyectada a la eternidad. También es verdad que esta precuela que es la vida terrenal a veces se hace larga y penosa cuando el edadismo se muestra con virulencia, de forma despiadada. Lo único bueno es que le hemos puesto nombre y ya tenemos causa que defender.
En efecto, que se cultive y exalte la juventud es lógico, la belleza está garantizada y la agilidad, la destreza locomotora, se puede exhibir; pero de ahí a admitir la discriminación por razón de edad, de la mayor edad, va un trecho. No cabe ese desprecio.
En la esfera personal se ofrecen datos preocupantes relativos a la vida en creciente soledad; en la esfera profesional el dato negativo es la cifra de parados de larga duración de más de cincuenta años; y, en la esfera patrimonial, la amenaza es un sistema de pensiones débil, siempre corriendo y no alcanzando al nivel de vida. Al tiempo, la preocupación por preservar esta pensión lleva a apariciones en entrevistas y reportajes con manifestaciones del patriarca protagonista envueltas en cierto desasosiego. Es triste que la preocupación del mayor que asoma a la noticia sea cuidar su discurso para dejar claro que él solo ayuda en el negocio familiar, que no trabaja, que solo da consejos a su hijo...sin poder exhibir con ejemplaridad su activismo.
Los constituyentes fueron sensibles con el colectivo de los mayores y quisieron dejar comprometido y garantizado, en el artículo 50 de la Carta Magna, el bienestar y la suficiencia económica en la tercera edad. Sin embargo, la falta de realización del pronunciamiento, que primorosamente redactaron los jóvenes señores confinados en Gredos, es evidente. De igual modo se podría criticar a los Medios, cuando dan poca visibilidad a las manifestaciones de los yayos o directamente ocultan esta discriminación social que hoy delatamos.
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Quizá celebrar un día de exaltación de la dignidad humana sea buena idea (abstracción hecha de la edad, el sexo y de toda diferencia), ya que no es tanto el orgullo, ni otra particular causa, lo que abandera de modo más significativo a este sector de la sociedad.
Benditas tribus las que mantienen el comité de sabios y qué legítimo es el Derecho que preserva el consejo de familia. Dar cabida en la ciudad a las personas mayores significa medir la distancia al parque, implica la preservación de los espacios libres de ruido y de humos, en favor todo ello de una amable habitabilidad. Cuidar que el protagonismo del carril bici y la proliferación del patinete se corresponda con el ancho de acerado por el que deambulan las personas de más edad.
La llegada del otoño me ha sugerido esta reflexión y no tanto porque llegue ningún ocaso sino porque empieza el curso y es claro que, ante la urgencia de educar en valores, una mirada y presencia activa del colectivo que atesora experiencia, que es sabio en vida vivida, que ha tomado distancia de problemas menores y, sobre todo, que sabe trascender de todo sectarismo, resulte muy recomendable.
Sugiero contar con el mayor para que enseñe las competencias por él adquiridas, que ayude al joven a saber despojarse de muchas ansiedades, a alcanzar un mayor nivel de resiliencia, a adiestrarse en el razonamiento denso y sereno, radicado en el referente humano antes que en un oscuro, poco transparente, dictado del algoritmo. Así, la puerta giratoria podría tener sentido para dejar de hablar de clases pasivas y posibilitar el pase de una profesión desempeñada a un trabajo de contertulio con cuota garantizada. También el impulso de la mediación puede presentar un buen campo de intervención para el que, con los años, domina la escucha, sabe empatizar y atesora argumentario para aconsejar y posibilitar la pacificación de los conflictos.
A lo mejor los mayores, alcanzada cierta perspectiva, gozosos de cierto desparpajo, podemos ayudar a salir de esta nueva esclavitud y liberarnos de lo políticamente correcto. No es poco implicarnos, entre otros retos, en el necesario impulso de la libertad de expresión.