La experiencia digital ahora es el Rey

Leer un correo electrónico, visitar una web, firmar digitalmente, tener una reunión online, hablar con un chatbot o incluso comunicarte con tu audiencia por medio de las Redes Sociales, forman parte de lo que hoy se denomina experiencia digital, que se ha convertido en los tres últimos años en un aliado para el crecimiento de las compañías.

La experiencia digital no es más que la interacción en línea de una empresa con el cliente, partner o empleado gracias a la tecnología digital, impacta tanto en la reputación como en la confianza de las empresas y es ya un elemento clave en términos de competitividad.

Precisamente los objetivos europeos frente a lo que se denomina la ‘Década digital’ ponen en relieve el papel relevante que tomará la experiencia digital en todos los ámbitos en los próximos años.

En 2030 se espera que tres de cada cuatro empresas ya utilicen servicios de computación en la nube, Big Data e Inteligencia Artificial y más del 90 por ciento de las pymes debería alcanzar al menos un nivel básico de intensidad digital.

En lo relativo a los servicios públicos casi todos deberían estar disponibles en línea, y deberíamos acceder a todos nuestros informes e historial médico en tan solo un clic. Además, al menos el 80 por ciento de los adultos deberían tener competencias digitales básicas.

Todo ello equivale a un cambio del enfoque 'digital-firt’, que hemos vivido hace relativamente poco, hacia el ‘digital-only’. Esto es: organizarse más y mejor en un mundo claramente digitalizado.

En los próximos años cabe esperar que habrá más profesionales digitalmente cualificados, infraestructuras digitales seguras, eficaces y sostenibles, empresas transformadas digitalmente y asistiremos a una completa digitalización de los servicios públicos. Seremos en resumidas cuentas más digitales, aunque aún queda mucho por hacer.

Cuantas más posibilidades ofrezcamos al cliente, usuario y trabajador de interactuar de forma digital, mejor experiencia habrá y por tanto mayor grado de satisfacción en términos generales.

Tener una adecuada experiencia digital mejora la comunicación interna y externa, fomenta la colaboración, ayuda a conectar y conocer mejor a los clientes, ofrece transparencia, rapidez, y también aumenta la productividad, generando más eficiencia.

La tecnología digital es pieza clave en todo este gigantesco cambio, no lo olvidemos, ya que nos ayuda a eliminar barreras, a ser más ágiles y hasta a liberarnos de aquellas tareas más tediosas y manuales. También facilita la comunicación, proporciona mejor conocimiento del cliente y permite mayor conciliación facilitando desarrollar el trabajo desde cualquier lugar.

Nuestro smartphone, las distintas plataformas de comunicación y colaboración, la nube, Metaverso y hasta la pandemia, no han hecho nada más que reafirmar, subrayar y resaltar lo importante que es y será tener una buena experiencia digital, ya que sin ella es imposible ser resilientes.

Hoy ya no vale tener precios bajos o el mejor producto, sino que también hay que ofrecer óptimas experiencias digitales para conectar en cualquier momento, ganar en flexibilidad, satisfacción, precisión y en retención, aportando valor a la marca. 

El camino hacia lo 'digital-only' no acaba nada más que empezar. Abrochémonos los cinturones. ¡Bon voyage!