La falacia de la productividad

Ser productivos es un tema cada vez más relevante en nuestra sociedad, donde a menudo se nos empuja a realizar más tareas en menos tiempo. Sin embargo, esta tendencia esconde una falacia peligrosa: la creencia de que más trabajo equivale a mejores resultados.

Cuando subestimamos el tiempo que nos va a tomar realizar una o varias actividades, y nos enfocamos en realizar la mayor cantidad de ellas en un tiempo determinado, caemos en la falacia de la productividad, ¿te suena? Es múy común, sobre todo cuando intentamos optimizar cada minuto de nuestro día y olvidamos que también necesitamos tiempo para descansar y recargar energías.

La Ilusoria Búsqueda de la Eficiencia Máxima

El peligro de falacia de la productividad radica en la premisa errónea de que la eficiencia es siempre el objetivo principal. Si bien es cierto que la eficiencia es deseable en muchos contextos, cuando se convierte en un fin en sí mismo puede tener consecuencias negativas tanto a nivel individual como colectivo.

Algunos aspectos a considerar son:

• El mito de la multitarea: La capacidad de realizar múltiples tareas simultáneamente se ha exaltado como una virtud. Sin embargo, algunos estudios como el Multicostos de la Multitarea publicado en Cerebrum en 2019, demuestran que la multitarea tiene consecuencias en la productividad al reducir la concentración y aumentar el estrés.
• La cultura del burnout: La exigencia constante de resultados puede llevar al agotamiento profesional, un problema cada vez más común en el mundo laboral.
• La deshumanización del trabajo: Al reducir a los trabajadores a simples unidades de producción, se ignora la importancia de factores como la creatividad, la innovación y el bienestar emocional.

Más Allá de la Cantidad: La Importancia de la Calidad

La productividad no es sinónimo de calidad. De hecho, a menudo existe una relación inversa entre ambas. Cuando priorizamos la cantidad sobre la calidad, estamos sacrificando elementos fundamentales para el éxito a largo plazo:

• Atención al detalle: La búsqueda de la eficiencia puede llevarnos a descuidar los detalles que marcan la diferencia.
• Creatividad: La presión por cumplir con cuotas y plazos puede llevarnos a caer en la repetición y no permite que exploremos otras alternativas o generemos nuevas ideas.
• Desarrollo personal: Cuando nos enfocamos en la calidad, estamos invirtiendo en nuestro propio desarrollo. Al buscar la excelencia en nuestro trabajo, adquirimos nuevas habilidades y conocimientos.

Para superar la falacia de la productividad, es necesario adoptar una nueva perspectiva que valore más la calidad de vida, las relaciones interpersonales y el bienestar general.

Recuerda, puedes con todo, pero no con todo al mismo tiempo.

Opta por un enfoque más orientado en los resultados, priorizando la calidad de los entregables y la eficiencia real de tu tiempo; tomando en cuenta espacios para recreación, ocio y los descansos necesarios para evitar la falacia de la productividad y comenzar a ser verdaderamente productivo.

Recuerda, puedes con todo, pero no con todo al mismo tiempo. Toma todo lo anterior en cuenta y aumenta tu productividad de manera sana y responsable.