La Felicidad cotiza en Bolsa
La búsqueda del bienestar económico está siempre presente en nuestras vidas. Muchos de nosotros solemos evaluar cuál sería la mejor forma de preservar y hacer crecer nuestros ahorros. Los telemarketers, las apps y la propia web además de los expertos economistas y “opinólogos” nos invaden con sus consejos y recomendaciones para invertir mejor nuestro dinero. Fondos de Inversión, Plazos fijos, dólares, Lebac y hasta Criptomonedas son elementos que consideramos para que formen parte de nuestro portafolio económico.
¿Pero qué tiene que ver todo esto con la Felicidad? Acaso seremos más felices solo por tener un bienestar económico próspero?
En algunos países la Felicidad es incluso un tema de estado. En Butan, un lejano país budista en el Himalaya gobernado bajo un reinado, se maneja el índice de ¨Felicidad Nacional Bruta¨ a través de un organismo del gobierno butanés que vela porque todas las leyes, acciones e inversiones de la administración pública estén encaminadas a aumentar la felicidad de los súbditos. ¡Casi nada!
Así como nosotros y Butan, el universo de las empresas también está apostando por la felicidad laboral de sus empleados. Varias compañías en el mundo han creado posiciones como la de Chief Happiness Officer o Director de Felicidad quien es el responsable de atraer y retener el talento en las empresas mediante estrategias definidas en su Departamento de Felicidad. Algo impensado hace no muchos años atrás. ¿Cierto?
Hoy vemos como las compañías fomentan en sus colaboradores la vida sana, la meditación, el buen descanso, la alimentación saludable, o el mindfullnes. Además promuevan políticas de comunicación entre pares, superiores y subordinados, compensaciones por objetivos claros, programas de reconocimientos y un compromiso con el desarrollo de carrera de la gente lo que hace que se genere un mejor clima laboral.
Está comprobado que los colaboradores felices en sus trabajos son altamente más productivos. La sensación de satisfacción es clave en la felicidad en el trabajo, y sin duda es fundamental para el éxito de las empresas. Además, las empresas que fomentan la felicidad en el trabajo, superan ampliamente a sus competidoras.
Como contrapartida varios estudios a nivel mundial hablan que el estrés laboral produce mermas millonarias al año. El “burnout”, o síndrome del trabajador quemado desafortunadamente está ganando terreno y la felicidad representa un antídoto para eso.
¿ Son estas prácticas igualmente aplicables en una gran empresa como en una pyme?
A priori la respuesta seria no. Habiendo conversado al respecto con algunos gerentes de RRHH o dueños de PYMES ellos aún no visualizan la “felicidad en el trabajo” como una de sus prioridades.
Manifiestan que antes deben resolver otros asuntos más ligados a las ventas, los pagos, los sindicatos, la competencia y otras cuestiones operativas cotidianas en lugar de mirar profundamente como se siente su gente.
Esto no trata de ser una generalización, ni tampoco de desacreditar los grandes obstáculos que hoy se les presentan, pero siendo en Argentina la pequeña y mediana empresa quien representa la base del entramado productivo del país, generando alrededor de un 44% del PBI y casi un 70% de los empleos del país, es al menos un llamado de atención.
Muchos dueños de pymes han mantenido el negocio familiar con una cultura en la que hablar de empleados felices era algo irracional. Hoy, afortunadamente las nuevas generaciones nacidas bajo otros paradigmas y ya involucradas en éstas empresas, están en búsqueda de una armonía entre la vida laboral y profesional comenzando a imprimir su impronta y generando profundos cambios organizacionales.
En sintonía con los tiempos que corren, donde la perpetuidad laboral parece una utopía, los jóvenes universitarios también apuestan sus fichas a la búsqueda de la felicidad.
Una encuesta llamada “Carrera de los sueños” realizada en 2017, presentada por la consultora Cía. de Talentos, les preguntó a 8.198 jóvenes universitarios argentinos de entre 17 y 26 años (el 73% estudiantes y 27% graduados) qué tenía más importancia: tener un trabajo que los hiciera felices o tener un trabajo que les ofreciera estabilidad y confort. El 72% prefirió la primera opción.
Ser feliz en el trabajo no significa estar desenfocado, disperso, sin producir o ser portador de CSA (cara sonriente artificial)
La Felicidad no es solamente para “Hollywood” o para sentirla en algunos pocos momentos de la vida como aquel viaje que siempre soñaste, o esa copa de vino frente al mar con la persona que amas o quizás el nacimiento de tu hijo.
La felicidad es algo que uno debe proponerse vivirla a diario, es un estado continuo que genera una energía proactiva en nosotros y la irradia hacia quienes tenemos alrededor.
El día en que nuestras empresas, empresarios y ejecutivos comprendan mucho mejor esto, notaran un crecimiento exponencial en muchos aspectos de su negocio. Los gastos en salud serán menores, habrá una mayor fidelización de sus equipos de trabajo, menor ausentismo, un clima favorable a la innovación y al intra emprendedurismo entre otros beneficios, además de una imagen corporativa muy positiva, llevando todo esto por añadidura a una mejora en los resultados económicos de la compañía. Y por supuesto también puede llevarlos indefectiblemente a cotizar en Bolsa.
Pero atención, no me refiero a Wall Street o al Merval, sino a la “Bolsa de Valores Humanos”
Esos Valores que hacen a las personas. Esos valores que construyen día a día una mejor empresa, un mejor país y una mejor sociedad.
Por eso, a partir de hoy los invito a elegir a la Felicidad como una de las inversiones claves de nuestro portafolio, como un “valor diferente y necesario” ya que sin lugar a dudas el presente refleja que su cotización está “en alza” y el futuro lo muestra con resultados aún más extraordinarios.
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