LA FORMACIÓN QUE NO ACABA DE ECHAR RAÍCES

A estas alturas, quienes nos dedicamos a la orientación laboral ya conocemos de sobra el procedimiento de arraigo para la formación.

Durante el último año hemos atendido a personas que, con esperanza y dificultad, han iniciado este procedimiento.

Sin entrar en mucho detalle, los principales requisitos exigidos para iniciar el procedimiento son: encontrarse en situación administrativa irregular y demostrar dos años de residencia previos en España, antecedentes penales negativos y matrícula en una formación que cumpla los requisitos. Esto en la primera parte del proceso (donde se obtiene una autorización temporal para residir y formarse, que no habilita para trabajar), pero como me quiero centrar en la segunda parte, si alguien quiere más información al respecto, dejo abajo la referencia legislativa.

Cuando la persona finaliza con éxito la formación y obtiene su título, comienza la segunda parte del procedimiento. Hay que convertir esa autorización inicial en una de residencia y trabajo.

¿Cómo? con un contrato de trabajo por cuenta ajena, relacionado con la formación cursada, que cubra el SMI en cómputo anual.

Para ello, ¿qué necesitamos? una empresa dispuesta a contratar.

¿Con qué nos encontramos? con dificultades en la contratación que no juegan a favor de la persona que está llevando a cabo este procedimiento y, por consecuencia, el riesgo de que vuelva a quedar en situación administrativa irregular.

A mi juicio, este tipo de arraigo es positivo por muchos motivos. Permite regularizar a personas, con todo lo que implica a nivel de derechos individuales para las mismas y de beneficio para la sociedad en su conjunto, con la particularidad de que las prepara para un empleo. Pueden formarse en especialidades que les proporcionen una salida laboral, nichos donde el mercado demanda perfiles, puede ser beneficioso para abordar desajustes en el mercado de trabajo.

Pero, para ello, se ha de poder llevar a cabo este procedimiento de forma completa. Si no, nos encontramos que se pierde esfuerzo, tiempo y recursos económicos, personales y públicos (la formación de los servicios de empleo es gratuita para la persona destinataria final, pero la pagamos con impuestos).

No estoy diciendo que sean únicos responsables de este tipo de situaciones quienes tiene el poder de contratar, aunque es cierto que las prácticas de RSC son siempre bien recibidas y contratar a una persona inmersa en este procedimiento podríamos considerarla como tal (aquí podríamos debatir). Por supuesto que las empresas son parte activa en la sociedad y en el mercado de trabajo, pero también existe mucho desconocimiento de este tipo de procedimientos que generan desconfianza y aspectos “exta” frente a una contratación normativa. Personas, administración, personal orientador y formador y empresas, esta es la suma.

La intención de estas líneas no es otra que la de visibilizar esta situación y ponerla sobre la mesa, dar a conocer; porque lo que no se conoce, no existe. Y ya de paso, si alguien necesita una persona para trabajos en logística, con formación of course, que me contacte. 😊

Arraigar significa echar raíces, y las personas migrantes necesitan y quieren (después de diecisiete años atendiéndoles, puedo afirmar que quieren) echar raíces.

Referencia lesgislativa:

• Real Decreto 629/2022, de 26 de julio, por el que se modifica el Reglamento de la Ley Orgánica 4/2000, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, tras su reforma por Ley Orgánica 2/2009, aprobado por el Real Decreto 557/2011, de 20 de abril.
• INSTRUCCIONES SEM 1/2022 SOBRE EL ARRAIGO PARA LA FORMACIÓN Y OTRAS CUESTIONES COMUNES A LAS AUTORIZACIONES DE RESIDENCIA TEMPORAL POR MOTIVOS DE ARRAIGO PREVISTAS EN EL ARTÍCULO 124 DEL REGLAMENTO DE EXTRANJERÍA, APROBADO POR EL RD 557/2011, DE 20 DE ABRIL.