La foto vs. la película: una reflexión sobre el resultado electoral argentino
Consumadas las elecciones presidenciales argentinas, el domingo por la noche se armó un acalorado debate de WhatsApp en el grupo de mis amigos más cercanos. Con la grieta al desnudo, los intercambios de unos y otros se paseaban por todo el espectro político e ideológico. Al estar en juego el retorno las de políticas proteccionistas ejecutadas en el periodo del matrimonio Kirchner (2003-2015), los detractores de aquel modelo refutaban el resultado electoral desde la vereda de enfrente, aceptando duramente que debían cambiar su camiseta de oficialismo por la de oposición.
Un comentario me llamó la atención, por su precisión y veracidad, pero sobre todo por el carácter parcial de su verdad:
"La historia demuestra que los países con economías más liberales son los que tienen menor pobreza, mayor PBI per cápita, menor inflación, mayor esperanza de vida, etc. Son datos, no opinión."
Automáticamente mi cerebro de economista pasivo se puso en marcha y traté de elaborar una respuesta, intentando mantener la lógica mientras el Uber serpenteaba por las lluviosas calles de la Ciudad de México. Dicha afirmación es el resultado de quedarse con la foto y no ver la película, es decir fijar el análisis en la situación actual (estática) olvidando la historia de cómo se llegó a esa situación.
Los países que hoy en día exhiben los niveles de crecimiento y desarrollo más altos efectivamente son los más abiertos económicamente, pero alcanzaron su posición hegemónica ejecutando las políticas contrarias —es decir proteccionistas. Una vez que desarrollaron una industria local robusta con un mercado interno fuerte, recién ahí se "liberalizaron". Esto les trae numerosos beneficios, pero en suma les permite cerrar el círculo: acceder a bajo costo a las materias primas necesarias para producir los bienes elaborados que luego venden en el mercado internacional e interno. EE.UU., Inglaterra, Japón y varios más siguieron esta receta. En su caso, Argentina y las economías latinoamericanas lamentablemente son proveedoras en el eslabón primario de las economías grandes, entregando a bajo costo alimento y materia prima mientras ellos se dedican a desarrollar las actividades que más valor agregado generan. Estas ya no son más la producción de bienes —se realiza en países emergentes y de frontera—, sino la investigación científico-tecnológica y la propiedad intelectual de los mismos.
El problema es que en Argentina y toda la región nunca se pudo generar esa cadena. Se votan o se imponen en alternancia a gobernantes liberales y anti-liberales, dictaduras de ultra derecha o gobiernos populistas que no permiten cerrar ese círculo virtuoso. Cada 10 o 15 años se destruye la industria interna y se vuelve a reconstruir, quedando siempre a mitad de camino entre una cosa y la otra.
La inexistencia de políticas sostenibles a largo plazo representa un freno constante para el crecimiento económico y el desarrollo humano.
¿Esta vez será distinto?
CoPrime Specialist | Java
5 añosInteresante