La FP Dual alemana, posible en nuestro país?
La FP Dual es un modelo de formación donde el aprendizaje de habilidades específicas, que se adecuan a las necesidades de las empresas, pueden conseguir que disminuya de forma substancial el paro juvenil, un 14,9% de los titulados en FP están desocupados, dato que contrasta con la tasa de paro juvenil, que es del 30’97 (2T 2018) según datos del INE.
¿Pero porqué no está valorada esta opción formativa? Básicamente la respuesta está en la imagen social que todavía para muchas familias es la FP, y que sobre todo se relaciona con el sector industrial y con trabajos peligrosos, sucios y condiciones laborales poco satisfactorias, cuando la realidad es completamente distinta en pleno s.XXI y las nuevas tecnologías. El estereotipo de hace más de 30 años en la FP, todavía sigue vigente.
Si nos ponemos a analizar el modelo alemán de FP, de entrada es completamente distinto al de aquí, ya que en Alemania es la empresa el eje por donde pivota la formación del alumno:
“el alumno busca una empresa que ofrece una plaza de aprendiz, la empresa les propone un contrato laboral y después le condiciona a matricularse en un centro de formación vinculado a su puesto de trabajo”
Aquí, es el Centro de Formación el que actúa de pivote:
“un alumno se matricula en un centro de formación, este firma un convenio con empresas del sector o familia profesional en la cual está matriculado el alumno, y éste podrá iniciar posteriormente la modalidad de Dual”
Este modelo actual de FP Dual nos condiciona, considero, la formación específica y la inserción laboral de los alumnos que participan, mientras que el modelo alemán, a mi entender, es más efectivo y ágil para aquellos sectores que tengan necesidades concretas.
Dicho de otra manera, nuestro modelo actual de FP Dual es más “académico” dentro del sistema educativo vigente, y menos “profesional” según las necesidades de las empresas y el mercado laboral.
Por lo tanto el gran reto de la FP Dual, y de todos sus actores, será crear un sistema más próximo a las empresas y el mercado laboral, y menos basado en el sistema “escolar”, que facilite el acceso de alumnos y personas con baja cualificación a una formación profesional de calidad y con más garantía de acceso al mercado laboral.