La gestión de riesgos en espacios confinados es un aspecto crítico de la seguridad laboral

Los espacios confinados representan uno de los mayores desafíos en materia de seguridad laboral. Según la Norma Técnica de Prevención NTP 2223, elaborada por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, estos recintos se definen como aquellos con aberturas limitadas de entrada y salida, ventilación natural desfavorable y propensos a la acumulación de sustancias tóxicas, inflamables o con déficit de oxígeno. Son lugares no concebidos para la ocupación continuada por parte de trabajadores, lo que subraya su inherente peligrosidad.

Los riesgos en estos entornos son múltiples y variados. Además de la posible acumulación de sustancias dañinas y la escasez de oxígeno, se suman factores como la estrechez, la incomodidad de las posturas de trabajo, la limitada iluminación, entre otros. Es importante destacar la amplificación de riesgos como el ruido, que alcanza niveles superiores debido a la transmisión de vibraciones en estos espacios cerrados.

Uno de los aspectos más relevantes es la necesidad de analizar previamente el riesgo de cada espacio confinado. Esta evaluación debe ser llevada a cabo por profesionales expertos en este tipo de entornos, quienes deben determinar la calidad del aire, identificar los equipos de protección individual necesarios, así como los sistemas de ventilación y protección anticaídas requeridos para garantizar la seguridad del personal.

Existen dos categorías principales de espacios confinados: aquellos abiertos por la parte superior, con gran profundidad, lo que dificulta la ventilación natural, y aquellos completamente cerrados, con una pequeña abertura para acceder, como los silos, pozos o cisternas de transporte.

Es fundamental resaltar la importancia de la planificación y la selección adecuada de equipos de protección colectiva para prevenir caídas por huecos, lucernarios o bordes de estructuras. Esta precaución no solo protege la integridad física de los trabajadores, sino que también contribuye a mantener un ambiente laboral seguro y productivo.