La gran cantidad de tareas pequeñas produce un bloqueo productivo.
A menudo la gente no traduce los proyectos a próximos pasos, y la percepción de falta de tiempo para realizar el proyecto impide cualquier tipo de movimiento.
Muchos proyectos cruciales están ahora mismo parados a pesar de que hay próximas acciones relacionadas con ellos que podrían efectuarse en menos de dos minutos una vez identificados.
La estrategia para llevar a cabo cualquier proyecto es tener claridad sobre el resultado deseado (qué quiero conseguir) y realizar las acciones (adecuadas, concretas y suficientes) a lo largo del tiempo.
Por muy ambicioso que sea un proyecto, toda gran marcha comienza siempre por un primer paso. Da igual la magnitud del proyecto, si das el primer paso, y luego el siguiente, y después otro más, lo acabas consiguiendo. Una vez que te has comprometido a llevar a cabo un proyecto, empieza por identificar la siguiente acción y ejecutarla. Transforma tus intenciones en acciones concretas, y revisa el proyecto con regularidad para identificar en cada momento las siguientes acciones.
El hábito de definir la acción siguiente de un proyecto, independientemente de la situación, es fundamental para mantener el control y la tranquilidad.