La historia más incómoda.
Un niño de 4 años entra al despacho de su madre. Mira la pared. Está forrada con mapas del mundo, su madre escribe guías de viaje. Al principio, solo mira, sentado en el suelo, con su pelo negro negrísimo y esa mirada tan suya que se te clava sin que sepas si quiere asesinarte o solo aprenderte.
La madre entra en la habitación y le sorprende tanto silencio. Él se gira corriendo al escuchar el chirrido de la puerta. Se miran durante tres largos segundos. Ojo con ojo. Incertidumbre con incertidumbre.
La madres se aleja sin apartar la vista del niño como quien amenaza o se teme lo peor.
O.
O.
Todo son oes entre madre e hijo, posibilidades que nacen contracturadas.
Diez minutos más tarde, la madre vuelve a entrar a su despacho y confirma lo que se ya sabía:
Su hijo ha cubierto toda Sudamérica de tinta y ha roto todo lo que había a su paso. De hecho, ya la estaba esperando en el escritorio con la misma mirada de "no se sabe qué".
¿Sabes qué es lo más curioso?
La madre sintió cierto alivio: su hijo era el demonio y ahora lo podía demostrar. No estaba loca. Su hijo la odiaba y punto. Desde siempre. Por eso, ella no puede quererlo.
Esta historia es real, pero el final, cómo terminaron madre e hijo, no es relevante. O tal vez sí, y te la cuente otro día.
Verás, si miras LinkedIn te encontrarás con cienes y cienes de personas que son perfectas. Que siempre han ido en línea recta o que, si han fracasado, te lo cuentan a posteriori, cuando ya han encontrado dónde encaja su fracaso en su relato de héroe.
No puedo decir que mientan, lo que sí puedo decir es que no es mi caso.
Estoy más cerca de cualquier antihéroe que de héroes.
Soy una persona normal con la intención de vivir lo mejor posible, que por mí no quede. Aunque sepa que corro el riesgo de que lo que estoy construyendo puede arrasar con todo, yo lo pongo todo también.
¿Y eso qué es, Ángela?
Recomendado por LinkedIn
Mi experiencia de 10 años persuadiendo y haciendo ganar dinero a otras personas y empresas.
Mis horas extras estudiando para decir de ti lo que nadie diría y como nadie lo diría.
Mis últimos pensamientos antes de dormir.
Mis paseos con mi perra.
Mis mejores ideas.
Las películas que veo.
Lo que desayuno.
Lo que observo en el gimnasio.
Los libros que leo.
Mis clases de tenis.
Todo. Todo. Porque para escribir buen copywriting, para vender con los textos que escribo, pongo toda mi vida, todas las experiencias que acumulo y que consumo, todos los amores, todas mis filias y fobias. Y mis miedos. Y mis derrotas.
Y ellas son solo un plus.
Porque la más importante es la tuya.
Tu historia y la de tu negocio, bien contada, es la historia del millón de dólares.
LAWYER/JOURNALIST/WRITER, GHOSTWRITER, COPY-EDITOR, TRANSLATOR, SPEAKING SPECIALIST, AD-ALL COMUNICATORS GROUP
2 añosLo del nene diabólico no lo entendí, ni la propaganda que hace sobre sus servicios de "copy-reading", como dicen por acá. Pero su prosa es curiosa, y muy creativa. Me entretiene leerla. Felicidades.