La hormiga china de financiación al consumo se come a la cigarra europea
Jack Ma ya tiene lo necesario para desollar a aquel que se atreva en lo que se refiere a la gestión e implementación de créditos a escala planetaria. Esta semana Ant Group (empresa que se independizó en 2004 como parte del sistema de pagos del gigante Alibaba, conocida como Alipay), obtuvo los permisos necesarios para dar el empujón definitivo a la nueva unidad de financiación al consumo. El emprendedor chino ha tenido que sudar la camiseta los últimos meses tras las presiones recibidas por las autoridades de su país que le han obligado a una profunda reestructuración interna, salvoconducto para poder obtener las licencias necesarias que eviten que el gigantesco negocio de Ma no se les vaya de las manos. En noviembre del pasado año, el Banco Popular de China justificaba cómo atar en corto a la compañía por la vinculación “inadecuada” entre la unidad de préstamos al consumo Huabei, el servicio de pagos AliPay, y el negocio de tarjetas de crédito. Es decir, una justificación para no poner en aprietos a su propio sector bancario. Con esta decisión se frustraba la anunciada mayor salida a bolsa de la historia. Hoy el viento empieza a soplar a favor del indestructible Ma.
Ant Group es conocido como el “Amazon chino”. Todos los datos y sensibilidades que envuelven a esta compañía son mareantes. Según algunas estimaciones, este año le vencerán 290.000 millones de créditos al consumo, y más de 1.000 millones de chinos están relacionados, de forma directa e indirecta, con el devenir de esta compañía. No conoce la palabra parar: ejecuta alrededor de 175 millones de transacciones diarias.
Si algo destaca este emporio es el conocimiento en profundidad del cliente, la llave de la confianza: en el momento que un ciudadano cae en la red se conocen automáticamente los datos financieros esenciales del usuario; y en el caso de que se le otorgue un préstamo, Ant puede rastrear hasta cómo se gasta el dinero… es decir, fidelización hasta la eternidad. Los préstamos son pequeños, y se conocen con “sólo gastar” /Ants. Aseguran que el índice de morosidad es tan sólo del 1%.
Y mientras la hormiga asiática hace los deberes y guarda el grano para estar a punto de cara a una recuperación económica que se antoja explosiva, el sector bancario europeo (la cigarra), parece más pendiente de los problemas de gestión y regulación, con escasa capacidad de maniobra frente a un rival de máxima eficacia y templanza a la hora de señalar la presa sin hacer ruido.