La Importancia de la Inversión Extranjera Directa
El término “Inversión Extranjera Directa”, IED en adelante, se utiliza para definir aquella actividad de ámbito comercial en la cual las compañías, personas o estados invierten sus capitales en otros países diferentes, a los cuales se los conoce como países receptores.
Sin lugar a duda, uno de los ejemplos más claros de la IED podrían ser las Multinacionales. Empresas dedicadas a una actividad comercial en específico, en distintos países del mundo.
Lo que es evidente y que la mayoría de personas conocen, es que la IED únicamente trae consigo capital que será invertido en el país receptor. Pero, resulta interesante analizar lo que no se aprecia sobre la IED, ya que esta actividad también abarca muchas otras cosas que son de suma importancia para el país que acoge la inversión. Por ejemplo, hablamos de creación de una fuente de trabajo, traspaso de conocimiento y de tecnologías, incremento en la economía, aumento en las importaciones y exportaciones, mejoras en los trabajadores, generación de competitividad en el mercado nacional, entre otros.
Ha sido tendencia de los últimos tiempos que las grandes empresas se fijen en países que se encuentran en vías de desarrollo o en economías emergentes; puesto que estos mercados han ofrecido condiciones interesantes para el inversor. Los factores con mayor relevancia al momento de elegir un país en donde invertir son: la estabilidad política, la seguridad jurídica, la regulación laboral, la regulación tributaria, regulación ambiental, el acceso al crédito, registros públicos, entre otros.
Podemos ingresar al sitio web del Banco Mundial y consultar la calificación de los mejores países del mundo para hacer negocios de manera más fácil. Este ranking se publica de forma anual y por ejemplo para el 2016 se puede apreciar que Nueva Zelanda lideró la lista, Estados Unidos se encontraba en el octavo lugar, mientras que Ecuador estaba en la posición 114. Países semejantes al nuestro, como lo son Colombia y Perú, bordeaban el puesto 53 y 54, respectivamente.
No nos encontramos ni un tanto cerca de lo que deberíamos estar. Debemos trabajar mucho en políticas públicas que fomenten esta inversión extranjera. Porque por medio de ella nos podemos beneficiar todos. Se tiene que liberar las fronteras de manera que el inversor se sienta atraído hacia nuestro país y nos ofrezca mejoras relativas en nuestra economía. Las leyes no deberían ser tan cambiantes y deben generar una estabilidad jurídica para que el inversor se sienta tranquilo al momento de traer sus recursos a nuestro país.
De todo lo anterior, no puedo dejar de lado un aspecto de gran importancia, la protección del producto nacional. Efectivamente, este es un tema que les compete a las autoridades regular de manera muy detallada al momento de abrirnos a la inversión extranjera. No podemos destruir nuestro mercado nacional con la incursión de inversores extranjeros que produzcan lo mismo que nosotros a menores precios y acaben con nuestra pequeña, mediana y gran empresa nacional. Por eso se deben hacer estudios para la prevención de estos sectores que podrían verse afectados de una u otra forma.
Sin más, la IED supone muchas mejoras a los países; el nuestro en específico, necesita mucho trabajo por parte de todos para poder ser más atractivo al mercado internacional y que las compañías nos consideren al momento de internacionalizarse.
Finalmente, la figura de un abogado es crucial en este tema, pues es quien ofrece asesoramiento a las compañías internacionales y gestiona su domiciliación, constitución, y otras figuras jurídicas viables para este fin, en nuestro país, brindando un acompañamiento empresarial y legal personalizado desde el momento en el cual las compañías extranjeras deciden invertir en Ecuador.
Gustoso de poder compartir esta opinión con ustedes.
Mario José Espinosa V.
Abogado