La importancia de una ACTITUD que logre una EFICIENCIA en COSTOS
No es novedad que en tiempos alta competitividad la eficiencia en costos es clave, más a menudo nos encontramos con sectores en los cuales el mercado fija los precios, y por lo tanto la rentabilidad se juega en lograr una eficiencia en costos sin perder de vista la calidad del producto o del servicio que se le presta al cliente.
Como especialista en costos muchas veces he percibido visiones parciales a la hora de intentar optimizar los costos de una organización. Muchos veces la atención se concentra solamente en bajar los egresos en los rubros más significativos, o discontinuar negocios de baja rentabilidad, pero en realidad para lograr una eficiencia en costos es imprescindible realizar un trabajo más a fondo que implica generar información de gestión detallada, conocer en profundidad como se está trabajando en la organización, y fundamentalmente tener una actitud de eficiencia en costos.
Es importante generar información detallada para conocer la situación actual, compararla con los mejores en cada sector, y analizar la brecha de rendimiento. Las decisiones de la organización deberían estar fundamentadas por información útil, de rápido acceso e interpretación.
Además para lograr la optimización deseada, es necesario conocer como se está trabajando actualmente, entender cómo se están haciendo las tareas y que costo asociado tienen las mismas. Es necesario definir estándares para cada uno de los procesos relevantes, y luego controlar el cumplimiento de los mismos.
Pero fundamentalmente la eficiencia en costos se juega en la conciencia y la actitud de toda la organización de trabajar diariamente de forma eficiente, esto implica una actitud permanente hacer las tareas de la forma correcta. Para lo anterior es necesario que la organización tenga claro las responsabilidades existentes, es decir determinar de quien depende en cada caso el logro de esa eficiencia buscada.
Con respecto a la función de Control de Gestión, cuyo objetivo es orientar los esfuerzos de cada parte de la organización al logro de los objetivos generales, nos encontramos en la misma situación. No basta con presentar informes y descansarse en que otros mejoren la gestión, sino que es fundamental tener una actitud que influya sobre la cultura organizacional generando un ámbito de control tal que cada persona de la organización perciba que no da lo mismo hacer las cosas bien o mal, y que influya en que las personas salgan de su zona de confort.
Como conclusión diría que optimizar los costos es un trabajo permanente que no se logra con fórmulas mágicas, sino con un compromiso real de todos en ser eficientes en la manera en cómo hacemos nuestro trabajo diariamente.
Cr. Mauro Benítez